Cuando Manjiro despertó diez años antes de que su vida entera estuviera hecha pedazos, estaba seguro de una sola cosa, no quería que ninguna de aquellas tragedias se repitiera. Quería asegurarse de que todos aquellos que había perdido estuvieran sanos y salvos desde ese momento, que nadie fuera herido por sus propios deseos egoístas.
Tras su regreso su primer encuentro fue con su familia. Que a pesar de no estar completa, permanecía tan intacta como había deseado los años pasados. La imagen de su abuelo, Shinichiro y Emma, había provocado que un nudo se formara en su garganta y que las lágrimas fueran de difíciles de contener.
Luego de que en su línea temporal original Emma muriera poco después se había marchado y perdido todo contacto con su abuelo; y sus hermanos respectivamente solo se había vuelto un recuerdo que anhelaba no fuese de aquella manera.
Su segundo encuentro fue con Keisuke y Haruchiyo, quienes lucían extrañados de verle a tiempo y sin un atisbo de un gesto adormilado; la mirada que ambos le dirigieron a él y sus hermanos era un algo difícil de olvidar. Mientras que para él convivir de nueva cuenta Baji fue inevitable que un nudo en su estómago se formara, el ver a Keisuke con su efusividad habitual y con aquella sonrisa, a pesar de ser algo que quería seguir teniendo en su línea original, no hacía más sencillo asumir que no era una alucinación.
Aunque era claro que para la familia él no era un recuerdo distante, pero si algo totalmente distinto a lo que estaban acostumbrados.
Durante el tiempo que le siguió a la formación de la Kanto Manji, e inclusive antes de ello, Manjiro había tenido problemas para dormir. Su mente en aquel entonces, e incluso en esa línea intacta –de ciertas pérdidas–, parecía solamente capaz de rememorar aquellos momentos que habría deseado olvidar. Todas aquellas pérdidas que no habían sucedido. Era difícil conciliar el sueño en aquel entonces por aquellos recuerdos; pero ahora en aquella línea también era difícil de dormir, sin sentir aquel temor abrumador o que sus sueños se encontrarán repletos de las pérdidas lejanas que había tenido.
Ese hecho no había cambiado, seguía teniendo problemas para conciliar el sueño. A lo que podía recordar en todos aquellos sueños, al igual que en la actualidad era irregular, ahora acostumbrado a la privación del sueño, su familia que se encontraba acostumbrada a despertarle con cierta dificultad era desconcertante el repentino cambio; aunque ninguno pareció cuestionarle acerca de ello.
Cuando él y Takemichi se reúnen, Manjiro apenas había logrado hacerse a la idea de que todo aquello no era una alucinación. Si era completamente sincero consigo mismo, no había intentado buscar a Hanagaki en cuento regreso, había considerado que solamente sería él quien conservaría los recuerdos con respecto a su línea original.
—¡Mikey! —escucha que exclaman.
Él junto a Haruchiyo y Baji se giran para mirar a quien le había llamado. Reconoce las facciones de Takemichi, quien a pesar de llevar el cabello azabache seguía teniendo el mismo parecido al que recordaba de adolescente.
—¿Quién diablos eres tú? —Keisuke exclama con clara agresividad al mismo tiempo que comienza a quitarse su mochila en clara señal de que planea darle una paliza al pelinegro frente a ellos.
—¡No seas bruto! —Haruchiyo lo reprende golpeándolo en la cabeza con puño cerrado. Keisuke solo atina mirarle mal, mientras se prepara para devolverle el golpe.
—Mikey, te he estado buscando todo este tiempo.
Esas palabras hacen que el pelinegro se detenga a la vez que se gira junto a Haruchiyo para posar su mirada en el pelinegro contrario y después dirigir su mirada hacia él.
—¿Lo conoces? —tanto Baji como Haruchiyo preguntan mirándolo con desconcierto.
—Sí, algo así, —masculla eso último, pero por la mirada que ambos le dirigen a Hanagaki es claro que lo han escuchado—. Tal parece que llegaré tarde a casa, ¿puedes comentarle al abuelo? —comenta evadiendo el tema de si conoce al de orbes azules.
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Like there ain't enough dying stars in your sky
FanficEl amor se convierte en algo de gran complejidad para Ken Ryuuguji.