A...contract?
-No creo que sea muy buena idea. Este hombre no me inspira confianza -susurré, intentando convencer a mi hermano de que nos fuéramos.
-Nunca confías en nadie -me replicó, usando el mismo tono bajo.
-Y por algo será -bufé, recordando con amargura los años anteriores en Hogwarts.
Después de todos los problemas que habíamos enfrentado, la mayoría de ellos por culpa de mi hermano, el famoso "elegido", era lógico que me volviera desconfiada. Pero, al parecer, Harry no aprendía la lección; siempre tropezaba con la misma piedra.
Es demasiado confiado. A la mínima señal de ayuda, cuando alguien se ofrecía a echarle una mano, mi hermano creía ciegamente en esa persona. Y, como siempre, las cosas terminaban mal.
-Harry, escúchame. Las cosas nunca salen bien para nosotros. ¿No te parece sospechoso que este hombre se ofrezca a ayudarnos sin siquiera conocernos? -intenté hacerlo entrar en razón, pero mi esfuerzo parecía en vano.
-Como mi hermana mayor, no querrás que me congele aquí, ¿verdad? -dijo con una mirada astuta-. ¿O te gustaría que muriera tan joven?
Maldita sea, mi hermano siempre sabía cómo manipularme.
-Por supuesto que no quiero eso...
-Entonces deja de quejarte -concluyó, poniendo fin a la discusión.
No volvimos a hablar mientras continuábamos nuestro camino. El frío seguía calando en mis huesos, aunque ahora no sabía si prefería eso o morir a manos de aquel hombre, que nos guiaba hacia una extraña tienda.
-Llegamos, chicos... Hogar, dulce hogar -anunció el hombre, cuyo nombre seguía siendo un misterio para nosotros.
Desde fuera, se podían escuchar los gritos de regaño, probablemente de una mujer.
-¡Si eres tú, Lejía, espero que hayas traído mi ginebra! -rugió la voz desde dentro.
-Ahh... le traje algo mejor que la ginebra, señora Fregoso... -respondió el hombre.
Salté de sorpresa cuando una pequeña ventana en la puerta se abrió de golpe, revelando a una mujer de aspecto desagradable.
-Unos inquilinos -dijo la señora Fregoso con una sonrisa torcida al abrir la puerta.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? -exclamó, soltando un espantoso gruñido que sonó como un cerdo-. Pasen, niño y... -se detuvo un segundo, buscando un término con el que referirse a mí- señorita... ¡Bienvenidos a "Fregoso y Lejía", casa de huéspedes y lavandería!
Sabía que todo esto era una trampa. ¿Cómo alguien podía cambiar tanto su actitud en cuestión de segundos?
-Pero mírense, con esas prendas tan delgadas, deben estar muertos de frío. ¡Noodle! -llamó de repente, y una pequeña niña apareció tras una puerta.
-¿Sí, señora Fregoso? -respondió la niña, al instante.
-Deja ese libro y tráeles a nuestros inquilinos algunas mantas -ordenó, con una frialdad que me dolió presenciar.
-Oh, no es necesario, nos las arreglaremos -intervine, al ver la tristeza en los ojos de la niña.
-No te preocupes, a Noodle no le molesta traeros unas mantas, ¿verdad que no? -la "pregunta" de la mujer sonó más como una orden.
La niña negó con la cabeza y se apresuró a buscar las mantas.
-Mientras tanto, pueden calentarse junto al fuego -dijo la señora Fregoso, y yo, cautelosa, tomé la mano de mi hermano y nos acercamos lentamente a la chimenea, sin apartar la vista de la mujer.
-Si el hombre no me inspiraba confianza, esta mujer lo hacía aún menos -susurré a mi hermano.
-¡Pero si es muy amable! -casi gritó Harry, y en ese momento me pregunté si no necesitaba unas gafas nuevas.
-Bueno -empezó la mujer-, ¿qué desean? ¿Una habitación?
-Perdone, pero no tenemos dinero -dije, notando cómo dirigía una mirada asesina hacia Lejía.
-Ay, no me digan eso... -pareció compadecerse, aunque no me lo creí ni por un segundo-. Podría... dejarles una habitación, siempre y cuando puedan pagarla más tarde.
Iba a negarme, pero Harry se adelantó.
-¡Por supuesto! Que no le quede duda de que le pagaremos -dijo con una sonrisa.
-Solo... necesitaría que firmen aquí -la mujer extendió un pergamino antiguo, que imaginé sería un contrato.
Leí el documento con desconfianza. Todo parecía estar en orden, pero había algo que no encajaba. Mientras examinaba el pergamino, noté a la pequeña Noodle asomándose detrás de unas estanterías, intentando decirme algo. No pude entenderla, ya que la señora Fregoso se interpuso, bloqueando mi vista.
Finalmente, firmamos el contrato y se lo entregamos.
-Aquí tiene -dije, observando cómo una sonrisa exagerada se extendía por el rostro de la señora.
-Bueno, pues ¡bienvenidos a Fregoso! -exclamó, llevándonos a una pequeña pero bien distribuida habitación.
Esa noche, mientras intentaba dormir, no dejaba de pensar en la extraña amabilidad de esas dos personas. Pero, ¿qué podía hacer? El contrato ya estaba firmado, y si su intención era secuestrarnos, ya lo habían conseguido.
Solo quedaba esperar a ver qué sucedería al día siguiente.
Acá les dejo un nuevo cap, es un poco más largo que el anterior, pero tampoco mucho jsjs
Espero les haya gustado
¿Cuál fue su parte favorita? ¿Esperaban lo que pasó?
Sin más que decir
Se despide Julia Black
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Sweet ✵ Willy Wonka
Fanfic✶⋆ SWEET .ᐟ ⋆✶ 𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 Ada y Harry acaban perdidos en algún lugar desconocido por un problema en la última prueba del Cáliz. O 𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 Willy desea crear su propia chocolatería, y contará con sus ayudas. En este fic se mezclarán dos univer...