Capítulo 2

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Remus volvió a la sala común de su internado.

Verán, cada estudiante, según las clases que elija y demás es clasificado en una de las 4 casas que existían en el internado de Hogwarts.

Él, como eligió materias de comunicación (Literatura, Psicología, etcétera), estaba en la casa Ravenclaw.

Al llegar vió a varios de sus compañeros haciendo tareas, charlando y disfrutando la tarde libre. Como no vió a sus amigos fue a su habitación, que compartía con 3 chicos.

Entró y fue a sentarse junto a su mejor amigo Severus Snape que estaba con su otra mejor amiga Lily Evans.

— Adivinaré, ¿Sirius "hermoso" Black? — dijo Lily al ver el ramo de flores.

— Cállate —exclamó Remus con vergüenza.

— Pues dile a tu "amigo" que si sigue así la habitación entera estará ocupada por los regalos que te da —advirtió Severus. A lo que el castaño emitió una risa.

— Es obvio que te gusta Rems. ¿Cuando dejarás de fingir que no te importa lo que haga?

— Es que...es "Sirius Black", el casanova de Griffyndor y...quizás es todo una broma o...

— Remus. Comparto algunas clases con él y créeme que no es así. Lleva meses intentando que tu le aceptes una cita. ¿Por qué no lo intentas?

— No lo sé Lily. Apenas lo conozco.

— Y conócelo más. En vez de aceptar sus regalos y dejar que se vaya dile que se quede a charlar con vos.

— Severus tiene razón. Si no lo haces y aceptas sus regalos y eso, lo ilusionaras. Si no te gusta se lo tienes que aclarar.

— Quizá tengan un poco de razón.

— ¿Lo ves? Yo digo que vayas con él ahora y le digas para conocerse más.

— Está entrenando y no puedo ir a decirle "Hey Sirius, ¿sabes qué? Vamos a conocernos ¿quieres?"

— Remus John Lupin. Irás ahora a decirle algo parecido a eso. Además qué es mejor que mirarlo entrenar eh.

— Esta bien, iré. Aunque si sale algo mal será culpa de ustedes.

— Si, si como digas.

Remus salió decidido, aprovechando el largo camino hasta la cancha de basketball donde Sirius entrenaba, se dispuso a pensar en lo que le diría.

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— Muy bien chicos. Ahora tomen una ducha y descansen. Que tengan un buen fin de semana.

Algunos jugadores se dirigieron a las duchas y otros se quedaron hablando en la cancha. Al tiempo que un castaño llegó y buscó con la mirada a uno en particular.

Remus caminaba entre los deportistas y localizó a James Potter y Peter Petigrew, los dos mejores amigos de Sirius, entonces se dirigió hacia allí.

— Em, hola chicos.

— Remus, que agradable sorpresa —dijo James, acompañado de un asentimiento de cabeza por parte de Peter.

— Y dinos, ¿que te trae por aquí? —Preguntaron sabiendo la respuesta.

— Nada, solo buscaba a Sirius.

— Se desmayara cuando sepa esto. Ven por aquí— admitió James, tomando el brazo de Remus para guiarlo hacia el vestuario.

Cuando llegaron Lupin no vió a Black, pero supuso que se estaba duchando, entonces James le hizo una señal para que no diga nada y aguarde allí.

El de lentes buscó a su amigo que estaba sentado con una toalla alrededor de la cintura y le dijo.

— Amigo, sígueme y te sorprenderé con tu mayor deseo.

— ¿Acaso en estos 5 minutos te drogaste?— preguntó el pelinegro.

— Shh, tú solo sígueme y me lo agradecerás.

Caminaron hasta la entrada donde se encontraba Remus recargado sobre la puerta, al verse las mejillas de ambos chicos se tornaron rojas.

— De nada pads —le dijo James a Sirius.

— Potter, vete.

— Como gustes.

Remus en esa secuencia de tiempo había quedado embobado mirando el asombroso cuerpo marcado de Sirius.

Siempre supuso que el chico era lindo, pero esto era un paso directo hacia la muerte. Se prometió a sí mismo nunca volver a ese lugar.

— Moony. ¿Así que querías verme en las duchas? Tranquilo, siempre puedes ir a mi habitación para más privacidad. Aunque si gustas aquí...— propuso Sirius con una sonrisa coqueta.

— En tus sueños Black —Repuso Lupin desafiante, aunque sus mejillas coloradas decían otra cosa.

— Esta bien, supongo que ya tendremos tiempo —dijo mientras le daba un guiño con el ojo.

— Cómo sea. Bueno, yo vine, pues, para preguntarte, solo si quieres claro, que, o sea, con todo esto de los regalos y eso, ¿no crees que es mejor que nos conozcamos?

Remus estaba rojo de vergüenza, e intentaba que sus ojos no se dirigieran a los abdominales marcados de Sirius.

Con miedo lo miró a los ojos, pero estos solo destellaban felicidad, juraba que era lo más hermoso que alguna vez había visto, parecían dos galaxias llenas de estrellas.

— Claro, tienes razón. Mañana te iré a ver, ¿okey? —dijo con una sonrisa ladeada.

— Claro, por mi está bien.

Y seguido de eso Remus beso la mejilla de Sirius y salió a un paso bastante apurado. Mientras Sirius tenía una sonrisa de oreja a oreja. 

Flores Para Conquistarte - WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora