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Las manos de aquellos estaban entrelazadas, sintiendo la calidez una de la otra. Además de la cabeza de la menor recostada en el hombro del mayor.

De pronto la joven elevó su cabeza para observarlo fijamente, con ternura en su mirada.

Al sentir su mirada dulce en mi, dirigí también la mía, sus ojos cristalinos brillaban como dos estrellas, como dos diamantes, aquella mirada que me hipnotiza, me hipnotizó desde el primer día que la ví, desde que cruzó su mirada con la mía, cuando aquellos ojos estaban asustado, pero apenas conectaron con los míos. Supe que ella tenía que ser mía...

Eleve mi mano y con delicadeza comencé a acariciar el rostro de él, su piel es suave, estaba cálida, baje mi mirada a sus labios cuáles quería atacar, luego subí mi mirada para conectar con sus ojos miel, aquellos son tan dulce como aquello, me encantaría poder estar con él siempre, poder sentir su cuerpo junto al mío, sus labios rozando con mi piel, sus manos posadas en mi cintura, atrayéndome hacia el, para luego ponerme de puntillas conectando nuestras miradas una vez más para al final, sentir aquella chispa...

Su mirada demandante, pero apenas veía a aquella joven, su mirada se suavizaba...Reflejando sinceridad. No con cualquier surge aquel evento...

Aquella chispa...Recorre el cuerpo de cada uno, mientras su corazón se acelera al estar tan cerca, simplemente, dos jóvenes aprendiendo a amar...

Puede que el mayor haya tenido mucha más experiencia, pero nunca había amado de una manera tan sincera...Con aquella intensidad, simplemente único.

La menor no a tenido mucha buena experiencia en todo este tema, siempre teme al amor, dice que no quiere enamorarse, pero, en el fondo de su alma, de su ser, anhela sentirse amada, que la amen con aquella intensidad cual ella lo hace. Siempre a creído que el amor es precioso, aunque no le gusta comentarlo o decirlo abiertamente, es un tema cuál es bastante reservada.

Solamente hay una persona que lo sabe perfectamente, que es su única familia para ella, su abuela.

Con aquella señora cual ella se crió la mayor parte de su vida, desde que Melissa, su madre, abandonó el país y se fue para iniciar su vida desde cero, ella fue quien la cuidó, la apoyo, la consoló, y sobretodo, la amo y adoro tal como toda pequeña merece.

El corazón de estas almas se sentían bien con la compañía de la otra.
Sobretodo la de la menor, aunque al igual que a la del mayor.

La menor sentía aquel amor quien nadie le había entregado, aquella preocupación que nunca tuvo de una persona, aquella que se la tuvo que haber dado su padre, se la entregó, Bill, pero aquel amor cual ella creía que estaba teniendo, no era el de familia, si no era otro amor, uno que siempre será único para ella.

Aquel amor que siempre anhelo...

Sin darse cuenta los labios de estos dos estaban ya unidos uno con el otro, una de las manos del mayor bajo hacía la cintura de la chica mientras que la otra acariciaba su rostro con delicadeza y dulzura.

El cuerpo de aquella tomó lugar arriba del mayor mientras sus ojos estaban cerrados dejándose llevar por el momento, aquel beso no tenía segundas intenciones.

Los labios de Kris eran dulces, eran maravillosos, su piel suave y cálida, mis manos podía sentir la calidez de aquella mientras mis labios están aferrados a los suyos. Su cuerpo era muy liviano, y sobretodo delicado, lo tengo que tratar como aquello, simplemente es una muñeca de porcelana, una preciosa chica, una simple joven, pero, para mi es todo.

𝐎𝐋𝐃𝐄𝐑...; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora