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Horas, días y semanas, realmente que el tiempo pasaba rápido.

Las cosas iban de maravilla, la relación de los jóvenes se mantenía en secreto, no había nada que los interrumpiera. Las emociones y sentimientos de ellos aumentaban cada vez más, cada minuto.

La menor se encontraba en clases de filosofía prestando atención, aunque no le gustara mucho esta clase, realmente esa profesora no sabía explicar.

De pronto en el bolsillo de su pantalón vibró inesperadamente indicando la llegada de un mensaje, al sacar su teléfono posicionado abajo de su mesa para que la profesora no viera reviso el mensaje.

Apenas vio el nombre en su pantalla se formó una brillante sonrisa.

-Señorita Earhart.- Llamo la profesora haciendo que la menor se exaltará mientras levantaba sus cejas con disgusto.

-Oh, lo siento mucho.- Musito avergonzada haciendo que prestaba atención nuevamente.

-Ahora que está tan concentrada en ese dispositivo venga y resuelva este ejercicio.- Desafiante dijo la mayor.

La joven sin ningún problema y con una gran sonrisa aún se levantó de su mesa guardando su teléfono en su bolsillo trasero, mientras caminaba donde aquella, al llegar tomó la tiza y comenzó a resolverlo sin problema alguno.

¿Esta señora se pensaba que me dejaría en ridículo? Esta loca, quizás pueda distraerme pero nunca permitiré que un profesor o profesora me humille.

-Oh...- Musito la mayor al percatarse que el ejercicio ya estaba terminado y sobretodo, bien hecho.

La joven dio una gran sonrisa de orgullo mientras le entregaba la tiza.

-Puede tomar asiento...- Con disgusto dijo la profesora mientras rodeaba sus ojos al darse la vuelta y darla la espalda al salón.

Al tomar asiento nuevamente en mi lugar, nuevamente sentí mi teléfono vibrar, a lo que espere unos minutos y pedí ir al baño.

Los pasillos estaban vacíos, todos en clases, me metí al baño y apenas lo hice abrí el nuevo mensaje.

"Asi que viendo el teléfono en clases, señorita Krister..."

El mensaje de Bill era quien ella estaba viendo, aquella apoyo su cuerpo en la puerta del cubículo mientras sentía como sus mejillas se ruborizaban, imaginándose al mencionado con su voz grave dictando aquella frase.

No sabía que decir, pero por desgracia tuve que volver al salón, esa profesora lo más probable si me tardaba un poco más me preguntaría toda mi vida, prefiero ahorrarme eso.

(...)

-¿Por que le hablas a Krister mientras está en clases?- No pudo evitar preguntar el de trenzas mientras se cruzaba de brazos y tomaba un sorbo de café, intrigado.

-No te incumbe.- Cortante respondió el menor sin mirarlo ya que sabe que su gemelo hace esto para molestarlo.

-Yaaa, no se te puede decir nada a ti, eh, todo un viejo amargado.-

Al comentario de Tom solamente rodee mis ojos y di una pequeña risa ladina, siempre me saca una sonrisa, independiente de lo que que esté pasando.

-¿Estás nervioso por el concierto?- Cambio el tema el de trenzas mientras se acomodaba en su asiento.

-No mucho sinceramente, más que nada emocionado...- Respondió Bill mientras daba una sonrisa y desviaba su mirada, y sus mejillas levemente se sonrojaban.

-Es por que irá Krister, ¿verdad?-

Y sin decir ninguna palabra, con solamente una mirada, pude acertar en lo que pensaba mi hermano, realmente me alegra demasiado que él esté sintiendo tanto por alguien. Desde que él comenzó a vivir con Natalie, se convirtió en alguien frío, odiosos, completamente irreconocible, el no era mi hermano, ese no era Bill, pero cuando conoció a Krister, en sus ojos volvió ese brillo que había desaparecido, comenzando a sonreír nuevamente, siendo más risueño, volviendo mi hermano, porque al lado de Krister, se siente amado.

𝐎𝐋𝐃𝐄𝐑...; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora