Somos momentos.
Como un niño con juguetes nuevos, que necesita tocarlos todos y descubrirlos rápido y escapar al siguiente por temor a que luego desaparezcan.
El capitalismo sentimental.
Siempre hay algo nuevo, siempre aparece algo, un nuevo estimulo; mientras nosotros aún estamos tratando de comprender como hemos llegado a este punto.
Esta discrepancia cognitiva nos está matando.
Nos piden un ritmo rápido, perro yo aún estoy aprendiendo los pasos. En el cine mudo, la musica avanza, y yo, en el centro, desacompasado. Protagonizo una pelicula de humor.
Estoy desafinado.
Pero este desajuste me gusta. Porque sé quien vive errado.
"Estoy para un momento nunca estuvo tan desacertado"
Estoy para un momento nunca estuvo tan acertado.

ESTÁS LEYENDO
Ruido. Ecos.
Short StoryCada ensayo en "Ruido. Ecos" es como una nota solitaria, resonando con la quietud de la introspección. Desde la contemplación de la efímera naturaleza del amor hasta la meditación sobre la soledad que reverbera en nuestras interacciones diarias, el...