Amélie Zeller
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Desde las últimas semanas veía a mi madre actuando algo extraña, mejor dicho, paranoica.
Me di cuenta de esto, ya que había dejado de salir de casa, revisaba el costado de todas las ventanas cubiertas de la casa cada dos minutos, y por nada del mundo las abría, era demasiado raro.Aunque tenía muchas ganas de preguntarle si estaba bien o si algo le preocupaba.
Pero la última vez que lo hice no obtuve mucha información, y no quería volver a perder mi tiempo con uno de sus sermones.—Esta loca...
—¿Dijiste algo cariño? —Mi madre asomó la cabeza desde el sofá, mirándome. Negué con la cabeza y me levanté del comedor, dejando mi plato del desayuno en la cocina.
—Ya me voy... —Pensé un poco lo que iba a decir, pero me retracte, prefiero no dirigirle mucho la palabra —, Adiós, te amo.
—Yo igual, ¡Cuídate por favor!
Cerré la puerta de mi casa. Al levantar la mirada pude ver a Víctor, corrí hacia sus brazos los cuales me rodearon, Víctor beso mi frente con dulzura.
Entrelace nuestras manos mientras nos dirigíamos a la escuela. Por cierto, hoy era el último día, de mi último año en este lugar.
Aunque me sentía feliz de terminar la escuela, la extraña actitud de mi madre me estaba consumiendo la cabeza. Quería saber que le pasaba, pero no obtendría respuestas, era muy difícil hablar con ella.
—Oye Amélie. Amy. Amor —La voz de Víctor me saco de mis pensamientos, lo miré un poco confundida —. ¿Me estás escuchando?
—Yo... Lo siento, no. ¿Qué decías?
—Te noto pensativa. ¿Sucedió algo? Puedes decirme lo que sea, ¿sabes?
—Nada... es solo mi madre.
—¿Le paso algo? —Sus ganas de querer de que yo le contará todo lo que se sucedía me estaban agobiando un poco. Era mi novio, sí. Pero no tenía que contarle todo, al menos eso creía.
—Pues... —Dude si decirle, levante mi mirada y me di cuenta de que habíamos llegado a la escuela. Esta podría ser buena excusa para no hablar de mi madre.
Claro que confiaba mucho en él, pero temía que se burlara de ella o me dijera que era algo sin importancia. Sé que no lo haría, él no era ese tipo de persona. Pero gracias a mis pensamientos era mejor no decirle.
—¡Mira ya llegamos! ¿Nos vemos en la salida, si?
—Amélie... debo decirte algo.
—Dímelo después ¿Si? ¡Adiós Víctor! —Le tiré un beso al aire y salí corriendo a mi salón. Quería evitar el tema de mi madre.
En un abrir y cerrar de ojos, el día se había pasado volando.
No paso nada interesante, era lo mismo todos los años. Me despedí de algunos amigos y fui al salón de Víctor para esperarlo, como todos los días, desde que habíamos empezado a ser novios.—Que raro... —Mire mi reloj, ya hace veinte minutos que habían terminado las clases y Vector no salía. La puerta de su salón estaba cerrada, así que no veía nada.
Decidí esperar unos minutos más, no perdía nada, de todas formas no quería volver a mi casa.
Después de un rato la puerta se abrió, dejando ver a uno de sus compañeros. Le pregunté si sabía dónde estaba mi novio y este me dijo que ya se había ido.
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Amar Entre Balas
ActionTras la extraña desaparición de su madre, Amélie se ve envuelta en varios acontecimientos, que al juntar cabos podría encontrar el paradero de su madre. Para eso necesitaría la ayuda de Bastian, con el cual juntos podrían descubrir la verdad que ocu...