Capítulo Cinco

13 3 0
                                    

Amélie Zeller

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

No podía creerlo

En un abrir y cerrar de ojos, habían pasado casi tres años desde que llegué a la casa de los Keenan.

Tenía mucho que contar.

Por mi parte, yo había mejorado mucho en combate cuerpo a cuerpo. Ya no peleaba contra Rose, según Bastian había aumentado mi nivel, y ¡Era cierto!

Las últimas peleas que tuve con ella terminaba ganándole. Rose y Bastian estaban muy felices por mí.

Como ya no era lo mismo practicar con Rose. Comencé a pelear con Luca, uno de los mejores guardaespaldas de la Mansión.

Bastian también se había encargado de enseñarme a pelear con armas.

Aunque la primera vez que use una pistola, casi mataba al pelirrojo. Pero gracias al cielo la bala solo le paso a un lado del brazo.
No me dejaron usar una pistola de nuevo luego de tres meses de lo sucedido. Ese día Bastian se enojó mucho conmigo.

Víctor pues...

Había algo extraño en él, desde que comencé con mi entrenamiento, siempre había estado ahí, vigilándome. Algunas veces solo pasaba por el lugar y otras solo se quedaba mirándome. Juro que daba un poco de miedo.
Y como no sé perdía ninguno de estos, varias veces Bastian y Rose tuvieron que sacarlo del jardín, ya que este no era su puesto y era algo incómodo.

Pero, seguía siendo el mismo.

Hasta que cumplí la mayoría de edad. Fue donde todo comenzó a cambiar.

Algunas veces me trataba muy lindo, se comportaba muy romántico, y esto hacía que en muchas ocasiones termináramos en mi habitación pasando noches maravillosas.

Otras veces actuaba como si yo no existiera. Me trataba como una completa desconocida, como si solo fuera un pasatiempo.

—Cada vez que hace eso me duele... —Deje el vaso de jugo en la mesita, mientras que Rose me escuchaba atentamente.

Nos encontrábamos en el living de la casa.
Creo que habíamos pasado casi toda la tarde insistiendo a Bastian que nos dejara dormir juntas. Llego un punto donde el chico se estresó mucho, que después de tantas súplicas por fin nos dijo que si, que podíamos hacer una pijamada las dos.

Creo que haber pasado tanto tiempo con Rose hizo que me llevase mejor de lo que esperaba con ella. Nos habíamos vuelto mejores amigas, casi hermanas. Éramos inseparables.
Y me di cuenta de que ha sido una de las pocas personas que siempre me escuchaba y estaba para mí. Ella me ha enseñado lo valioso de tener una amistad como esta.

—Amélie... es mejor que lo dejes. Solo estás haciéndote daño. —Las dos habíamos madurado, tanto mental como físicamente. Parecíamos otras personas, o eso era lo que nos decían.

—Ya lo sé, Rose. Pero es que, fue mi primer amor. ¿Cómo voy a encontrar a alguien como él?

Cuando termine de hablar, una tos se escuchó de fondo, era Bastian. ¿Habrá escuchado todo lo que dije de Víctor? 

Bastian y yo nos estuvimos acercando mucho los últimos meses. Había conocido algunas facetas de él que nunca creí conocer, así también viceversa.

Aunque seguía siendo un poco serio conmigo, había veces que era algo... ¿Amable?, no sabría como describirlo. Solo sé que era, diferente.

Me sentía diferente al estar con él.

Amar Entre BalasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora