Rebobinando la vida

Y te vas...

Y te vas...

Llegaste complicando,
esa es la verdad,
pero aún así,
nuestra esperanza,
te pidió otra oportunidad.

Los días pasaron lentos,
los meses, un poco más,
y el camino
pareció allanarse
y bailamos al compás.

¿Te molestaste, acaso?
¿Qué fue lo que pasó?
Nos diste una linda tregua
pero no alcanzó a recorrer
ni siquiera media legua.

Nos pegaste tan fuerte,
fuiste tan despiadado,
que estos pocos días que te quedan
a mí se me  hacen demasiados.

Y a pesar de tus embates,
no dejo de reconocer,
que intentaste reconciliarte
dándonos buenos momentos
que sabemos merecer.

Hoy espero con esperanza
la llegada de tu hermano,
y confío plenamente
en que sea un buen paisano.

Arduo trabajo el suyo
limpiando tanto dolor,
y esparciendo las semillas
que dan más fuerza al amor.

¡El mundo está tan complejo!
¡Es tan difícil vivir en paz!
Y como cada casa es un mundo,
deberá ser muy perspicaz.

Déjale algún buen consejo,
que seguro lo tendrás,
sé que no te vas contento,
sé que le ayudarás.

Dile qué tan necesaria es la paz,
la salud de los que amamos,
el bienestar del hogar,
que no haya hambre en el mundo,
que reine el derecho por igual.

Que nos dejen ser quien somos,
que acepten las diferencias,
que nos permitan ser libres
aunque no opinemos igual.

Y cuando le abras la puerta
a tu hermano, el nuevo año,
cuéntale de tus errores,
cuéntale de tus logros,
cuéntale de tus horrores.

Que no entre ignorante
de tanta cosa mal hecha,
y que tampoco ignore
aquello que hiciste bien.

Retírate dignamente,
sin violencia, vete en paz,
llévate los rencores,
vete sin mirar atrás.

Y cuando te retires en silencio
brindaremos por el año nuevo,
por la esperanza  de que triunfe
la conciencia general
de un mundo sin guerras,
de un mundo de paz,
donde el amor todo lo pueda
y por una vida sin disfraz.

                ilargiluna
               12/2023