Give Up The Feeling

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Al parecer, el asesoramiento pastoral tuvo lugar en la oficina del director.

Llegaste temprano a tu cita. Isabel se encargó de ello. Ella no te dejó posponerlo.

Llamaste dos veces a la puerta de la cabaña y recibiste una majestuosa invitación para entrar.

Tan pronto como entraste a la habitación, te dabas cuenta de que estaba tratando de crear una atmósfera relajante. Todo era lujoso, con esquinas redondeadas en lugar de bordes afilados. Todos los colores eran naturales y apagados. Había un dispensador de aceite esencial en la esquina que liberaba una fina niebla de lavanda.

Aún así, no podías evitar sentirte como un niño pequeño al que habían llamado a la oficina del director.

*¡T/N! Por favor, entre. Tome asiento”, dijo la enfermera Thorne desde detrás de su escritorio.

Al menos tu silla era cómoda. Era algo enorme y mullido que te eclipsaba. Ah, y la habitación estaba fresca. Literalmente. Evidentemente, este era el único edificio del camping con aire acondicionado. El director recibió alojamiento lujoso mientras los campistas y consejeros tuvieron que sudar durante el verano. Realmente justo.

Te preguntabas cuánto de ese aire frío se escapaba por la chimenea. Fue entonces cuando tus ojos se fijaron en el arma sobre la repisa de la chimenea. ¿Para que era eso?

"¿Cuanto va a durar esto?” Inmediatamente preguntaste. No querías estar aquí más tiempo del absolutamente necesario. No había reloj en la habitación, pero al menos se podían contar los segundos.

Ella inclinó la cabeza hacia un lado con curiosidad. "Lamento que no hayas estado esperando esto tanto como yo. ¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas más cómodo?

"Sí, puedes decirme cuánto tiempo llevará esto".

Su suave sonrisa se volvió un poco forzada y juraste haber visto su ojo izquierdo temblar. “El tiempo que sea necesario”, respondió ella. “No deberías sentirte apurado. Tenemos todo el tiempo del mundo."

Todo el tiempo del mundo. Si esto no era el infierno, al menos era el Limbo. "No vas a retenerme después del almuerzo, ¿verdad?" El almuerzo sería dentro de tres horas. Afortunadamente, la enfermera Thorne negó con la cabeza. Dejaste escapar un suave "Está bien". Había una luz al final del túnel.

“Si no le importa que empiece con una pregunta egoísta, ¿le gustó el sermón?”

"Creo que simplemente acabó con lo que quedaba del optimismo que había en mí”. Intentaste decirte a ti mismo que Camp Bethel no sería tan malo como pensabas. Te equivocaste. Fue peor.

"¿Le importaría detallar eso?”

"No"

Hubo ese tic de nuevo. Tenías la sensación de que no había tratado con una chica tan brusca en mucho tiempo, si es que alguna vez lo había hecho.

Obviamente, Camp Bethel estaba tratando de utilizar un enfoque sencillo para convertirte en la niña ideal que va a la iglesia y teme a Dios, a pesar de que ahora eres casi una mujer. La religión siempre tuvo la costumbre de intentar perpetuar la infancia. Probablemente para evitar que hagas demasiadas preguntas difíciles.

“¿Por qué no hablamos de tu infancia?” Ofreció después de anotar algo en el cuaderno sin mirar. “¿Qué acabas de escribir?”

"Nada que te preocupe”.

“Se trata de mí, ¿no? Tengo derecho a saberlo. Un verdadero terapeuta me lo diría”.

La enfermera Thorne suspiró por la nariz antes de mirar hacia abajo y leer en voz alta: "El paciente está siendo innecesariamente difícil, probablemente debido al TND".

"¿Qué es significa?"

"Trastorno de oposición desafiante. Está marcado por un estado de ánimo enojado e irritable, un comportamiento discutidor y desafiante y un espíritu vengativo”. Espíritu de venganza. Una palabra muy bonita con un significado muy feo. “En pocas palabras, creo que hay un problema con los adultos, particularmente con las figuras de autoridad. Probablemente te estés portando mal debido a algún trauma infantil”.

“Mi infancia estuvo bien”, dijiste con los dientes apretados.

“Debe haber sido difícil. El divorcio de tus padres. Tu falta de una figura paterna”. Esta mujer no te conocía de Eve, y de repente pensó que conocía toda la historia de tu vida, sólo porque te gustaban las chicas.

"No todos los homosexuales tuvieron una infancia traumática", señaló.

“No, no todos... Pero la mayoría. Estás evitando mis preguntas.

"¡Te digo que esa no es la razón por la que soy gay!"

"Entonces, ¿qué te llevó a sentir atracción por personas del mismo sexo?" Preguntó sin rodeos. Eso es lo que ella estaba entendiendo todo el tiempo, como si hubiera algo inherentemente malo en una chica a la que no le gustaban los chicos.

"Yo simplemente... me enamoré de mi mejor amigo”. Aún estaba en debate si Ella te amaba a cambio. Usted se angustiaba constantemente por eso antes de su llegada al Campamento Betel. ¿Por qué le confesó eso a su pastor? ¿Estaba avergonzada de ello, avergonzada de ti?

Deseabas haberle preguntado, pero tus padres te prohibieron hablar con Ella. Incluso le quitaron su teléfono y la sacaron de la escuela durante las últimas dos semanas.

La enfermera Thorne asintió como si entendiera. "Descríbela para mí”.

"Las palabras no le hacen justicia”, suspiraste. "Ella es increíble, simplemente... Perfecta".

Volvió a escribir algo antes de continuar: "¿Estás segura de que tu atracción por ella no se debe solo a tu deseo de emularla?"

Tus dientes rechinaron una vez más. Tuviste la repentina y abrumadora necesidad de morder algo. Preferiblemente ella. Te imaginaste hundiendo tus dientes en la parte carnosa de su mano derecha, entre el pulgar y el índice, para que no pudiera escribir por un tiempo.

" Sí, estoy seguro”, dijiste simplemente.

Con un suave murmullo, ella asintió una vez más. “¿Alguna vez te atrajeron las chicas antes que ella?”

“Yo... no lo sé. Siempre admiré a las chicas antes, pensaba que eran bonitas. Pero eso fue sólo porque tengo un par de ojos que funcionan. Lo que sí sé es que todas mis relaciones con chicos me parecieron forzadas. Simplemente estaba haciendo los movimientos sin ningún entusiasmo. La primera vez que besé a una chica sentí algo. No quiero renunciar a eso. Ni para ti, ni para mi mamá, ni para Dios”.

Terrorforming || F¡Yandere! Harem X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora