꒰ Flores y Disculpas ꒱

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Tubbo se equivocó. Su vecino no lo dejó en paz. Todo lo contrario, había sobrestimado la capacidad de aquel chico para captar una simple indirecta de 'no vuelvas a molestar' y, por tres días después del altercado, estuvo recibiendo numerosas cestas con flores y notas de disculpa frente a su puerta.

Como era de esperarse, poco le importó a Tubbo aquel patético intento de reconciliación. Es más, tiró a la basura los primeros dos ramos con sus respectivas notitas y sólo se quedó con el tercero porque Sunny así se lo pidió. Le gustaron demasiado las flores naranjas y amarillas como para dejar que se pudrieran junto con las demás.

Y okay, Tubbo lo admite, la notita tampoco estaba tan mal.

Aquel hombre - Fred, según descubrió- parecía genuinamente arrepentido por haber sido grosero con él. Admitió que había tenido una semana bastante dura y, como sus apartamentos compartían pared, podía oír a Sunny llorar todas las noches. Tubbo agradeció el hecho de que nunca pusiera excusas o intentara justificar lo que dijo, sólo repetía que lo sentía y que se ofrecía a compensarle por el problema causado.

Su vecino no era tan malo como él creía. Eso tampoco significaba que iba a salirse de su camino para llamar a su puerta y decirle: "Quedas absuelto de tus crímenes, ya podes volver a tu vida normal libre de toda culpa".

No tenía tiempo para eso. Entre tratar con Sunny por las noches y su trabajo por las tardes, le quedaban pocas horas del día para dedicarse a alguien a quien sólo había visto una vez.

Además, si prolongaba esto, Sunny seguiría recibiendo flores.

Tomó una buena cantidad de regalos para que ella misma por su cuenta empezara a esperarlos. Parecía una niña en Navidad cada mañana cuando abrían la puerta y veían otra cesta con preciosas flores.

Era casi imposible llevarla a la guardería, Sunny se negaba a irse sin antes haber podido oler todas y cada una de las flores.

El ciclo continuó con perfecta consistencia durante una semana. El domingo llegó y Tubbo no tenía que presentarse a trabajar, era su día libre, lo que significaba que podía quedarse en casa y pasar tiempo con su hija. Se había levantado mucho más temprano de lo habitual, con su espalda matándolo por haber dormido constantemente en el suelo -lo cual era mil veces mejor en comparación a no dormir en general- pero era un daño menor.

Tubbo esperaba que Sunny siguiera durmiendo por lo menos una horita más, de esa forma podría disfrutar de un descanso en su propia cama de aunque sea unos 15 minutos, pero sus chances eran nulas.

No perdió el tiempo y se empezó a preparar un café, esperando en la cocina mientras este terminaba de hacerse. El reloj indicaba que apenas y había amanecido, era demasiado temprano.

Un sonido como el del arrastre de un cuerpo se hizo presente en el pasillo más allá de la puerta principal de su departamento. Tubbo no le dio mucha importancia al principio, pero el sonido persistió.

En el fondo de su mente, sabía lo que podía ser, o más bien quién podría y tenía que ser. Habían pasado siete días desde que se vieron por última vez. Siete días con un ramo de flores nuevo esperándolo a la salida de su hogar. Si hubiera estado en el lugar de Fred, se habría rendido después del primer o segundo intento. Pero ese hombre estaba decidido a enmendar sus errores. Y tal vez, sólo tal vez, había despertado cierta curiosidad en Tubbo.

Así que se acercó a la puerta y miró por el pequeño agujero en ella. No había mucho que ver con la limitada visión que le ofrecía, sólo alcanzaba a divisar la parte superior de la cabeza del contrario. Finalmente, tras unos segundos más, Fred se incorporó.

Tubbo lo observó detenerse por un segundo, como si estuviera analizando en sumo detalle algo que se encontraba en el suelo. Probablemente las flores de hoy.

ꜜ⋆ Sleep Deprived Butterfly .༉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora