꒰ Películas y Lilas ꒱

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"Haría cualquier cosa por ti"

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Tubbo cerró el cuaderno de golpe, soltando un suspiro que lo hizo temblar de la forma más patética posible. Nada sobre esta situación era bueno para su salud. Iba a empezar a buscar subtexto en palabras donde seguramente no habría ninguno. Tenía que recordarse a sí mismo que Fred era sólo un gran amigo -que hacía todo esto porque genuinamente se preocupaba por Sunny-.

Aunque, ¿no lo hacía eso incluso más atractivo? Un hombre guapísimo con una debilidad por su adorada hija, y sin segundas intenciones? Como se suponía que ignorara a alguien tan perfecto?

Tubbo se pasó todo el camino al trabajo tratando de deshacerse de las mariposas que no paraban de bailar en su interior. No lo consiguió.

Desde la primera noche que Fred pasó con ellos, algo había cambiado en su dinámica. Anteriormente, Tubbo no lo veía como más que un invitado. Por mucho que viniera a tomar café o les llevara flores, siempre había cierta distancia entre ellos. Ahora, después de cinco meses de convivencia, Fred se sentía más como un roommate.

Por alguna extraña razón, Sunny se recuperaba de sus pesadillas mejor si Fred estaba con ella. No le encontró explicación, pero era ciertamente conveniente para Tubbo como padre soltero. Su vecino no tenía problema en quedarse con ellos. El hombre se llevaba de maravilla con ambos y la habitación de invitados pasó a estar preparada especialmente para él.

Con esta nueva compañía llegó también otra ventaja: ¡Tubbo ya no tenía que pagar por la guardería! Fred trabajaba desde casa, y prácticamente siempre podía ayudar en su hogar mientras Tubbo estaba trabajando en el garaje.

Al inicio, esta nueva rutina lo mantenía inquieto. Temía que Fred estuviera haciendo todo eso por pura obligación y en contra de su voluntad, pero incluso cuando incontables salidas se le presentaron, él nunca se fue.

Nunca los dejó.

Con el tiempo, los tres se acostumbraron a esta nueva forma de vida, al punto que les resultaba hasta extraño no estar juntos en todo momento del día.

Por las mañanas conversaban mientras tomaban café, se turnaban en la preparación de las comidas y la limpieza se distribuía con bastante facilidad. Como si así lo hubieran hecho por años. Todos los sábados, Sunny insistía en una noche de películas y los tres se juntaban en el sofá de la sala para ver lo que ella quisiera. Cada día traía un escenario más doméstico que el anterior, y su frágil corazón apenas podía soportarlo.

Lo cual no resultó ser una sorpresa en sí.

Tubbo había reconocido desde la primera vez que vio a Fred que el tipo era atractivo. Era difícil no darse cuenta de algo tan evidente. Durante un tiempo había sido sólo un pensamiento que se le cruzaba de vez en cuando por la cabeza y que sólo fue evolucionando conforme lo hacía su relación. Y antes de que se diera cuenta, sus sentimientos habían florecido más allá de su comprendimiento.

De repente, ya no estaban pasando el rato como amigos. No, ahora estaban criando a una niña juntos y haciendo cosas que solo familias harían. De repente, se sentaban uno al lado del otro y veían las películas más románticas y melosas que su hija pedía. Y de repente, preparaban comidas juntos y compraban flores pensando en el otro.

Y de repente, Fred empezó a pegarse cada vez más a su cuerpo. Apoyaba sus manos sobre su espalda baja y, cuando creía que Tubbo no estaba prestando atención, lo miraba como si fuera la única persona en su universo.

Y, maldición, a Tubbo le encantaba!

Deseaba que esos momentos nunca terminaran, que Fred nunca dejara de iniciarlos. Que nunca dejara de mirarlo como si fuera un ser de luz en este mundo. Que nunca dejara de llevarle flores sin motivo. Que nunca dejara de escribir mensajes secretos en sus cuadernos con el solo objetivo de que Tubbo los encontrara más adelante.

ꜜ⋆ Sleep Deprived Butterfly .༉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora