꒰ Primer Encuentro ꒱

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Ya iban tres días desde que Tubbo no dormía y, honestamente, no veía posibilidad de poder hacerlo pronto.

Consideró simplemente abandonar todo e intentar conciliar el sueño, pero solo en un mundo perfecto ese plan podría funcionar. Si llegaba a dejar la habitación aunque sea por solo un segundo, su hija comenzaría a llorar, consecuentemente despertando a todo aquel dormido en un radio de mil kilómetros cuadrados. Sin exagerar.

Y ni siquiera era su culpa. Jamás culparía a su hija por tener miedos que no podía controlar. Era tan solo una niña de dos años, apenas capaz de hablar, menos de enfrentarse por sí sola a los peligros de la noche. Y para su desgracia, la mejor forma de mantener esos problemas bajo control era sentándose a su lado mientras sujetaba gentilmente su mano, así de a poco Sunny caía dormida; pero a pesar de todo, Tubbo sabía en lo que se estaba metiendo cuando realizó aquel acuerdo con el orfanato.

Sunny era una niña desafortunada, en circunstancias incluso más desafortunadas. No tenía padres y el orfanato al que había ido a parar estaba condenado a quedar en bancarrota antes de poder siquiera encontrarle un hogar estable.

Mierda, de no ser porque Tubbo estuvo trabajando allí como voluntario ese verano, jamás hubiera conocido a Sunny. Ella habría terminado en algún lugar de acogida donde seguramente no habrían suficientes cuidadores que se pudieran acomodar a sus necesidades y no la cuidarían como se debía.

La adoptó y la trajo a su hogar hace poco más de un mes, el orfanato incluso le donó todo lo que podría necesitar para cuidar a su bebé a cambio. Era la única niña en el sistema que no había encontrado una familia temporal o un hogar permanente, pero adoraba a Tubbo, así que a todos les vino bien que él la adoptara al final.

Nunca en su vida hubiera imaginado terminar como padre soltero a tan corta edad, pero qué más podía hacer?

Así es como ahora se encuentra sosteniendo la manito de su nueva hija por tercera noche consecutiva, rezando para que pueda superar esa fase pronto.

Eran alrededor de las dos de la mañana cuando sus ojos comenzaron a cerrarse por su cuenta. No trato de pelear por mantenerse despierto, sabía que si el dolor de la silla clavándose en su espalda no era capaz de mantenerlo consciente, entonces nada lo haría.

Hubo un momento de claridad en el que Tubbo sintió como todo su cansancio se desvanecía y la tensión abandonaba sus hombros y piernas. Tenía la posibilidad de descansar, despertarse con el sol abrazando el horizonte e ir a trabajar sintiéndose listo para enfrentar el día.

Apenas pudo registrar vagamente el sonido frenético del arrastrar de un cuerpito en el fondo de su mente, algo que habría captado inmediatamente si hubiera estado en un estado de mayor alerta. En cambio, fue necesario un chillido repentino y sollozos ahogados para sacarlo de su ensoñación.

Pegó un salto ante aquel sonido y enseguida se dio cuenta de que Sunny ya no estaba dormida; estaba sentada, sus rodillas contra su pecho y con lágrimas cayendo como cascadas desde sus ojitos y por sus cachetes.

Para ser honestos, Tubbo tardó unos buenos minutos  en empezar a consolarla. “Hey, hey, ya mi amor. ¿Qué pasó?”

"Pesadillas, pa", gimoteó, echandose hacia delante y cayendo en los brazos extendidos de su papá. Él la envolvió en un abrazo y trató de protegerla lo mejor que pudo de lo que fuera que la estaba lastimando. Ella seguía llorando y él sabía que no podía obligarla a parar. Su bebé necesitaba desahogarse y esta era la manera más sana de hacerlo.

“Ya pasó, shh~” Tubbo la arrulló, pasando sus manos gentilmente por los enredados rizos del cabello de su hija. “Son solo sueños, no pueden lastimarte.”

ꜜ⋆ Sleep Deprived Butterfly .༉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora