En la tranquila biblioteca, la conexión entre Izuku y Momo se mantenía, pero ahora las bromas de Izuku tomaban un nuevo giro. Con una risa juguetona, se acercó a Momo, que estaba concentrada en un libro.
"Momo-chan, ¿alguna vez has considerado que los personajes de los libros podrían necesitar un poco más de... emoción? Podríamos hacer que sus vidas sean más interesantes, ¿no crees?"
Momo, ligeramente desconcertada, le respondió: — "Izuku, la literatura tiene su propio encanto. No necesitamos cambiarla".
Izuku, con una sonrisa traviesa, replicó: — "Pero, Momo-chan, ¿y si le damos a esos personajes una historia adicional? Algo así como una versión 'alternativa'."
Momo, con una mirada entre divertida y exasperada, le dijo: — "Eres incorregible, Izuku. Pero debo admitir que tus ideas alocadas a veces son entretenidas".
Ignorando sus palabras, Izuku continuó con su provocación. — "¿Sabes qué sería genial, Momo-chan? Un apodo especial para cada uno de nosotros. Algo como 'Princesa de la Literatura' para ti, ¿qué piensas?"
Momo, ahora completamente ruborizada, se apresuró a rechazar la idea. — "No necesito un apodo como ese. Prefiero mantener solo Momo-chan, me gusta que me digas de esa manera". — Momo, ahora más avergonzada, desvió su mirada porqué ya sabía que Izuku tenía material para bromear.
Izuku, disfrutando de su reacción, aprovechó su oportunidad. — Oh, mi querida Momo-chan, si me lo pides así no me podría negar".
Izuku se acercó de sobremanera al rostro de la avergonzada Momo, observando sus ojos negros profundos navegando en su rostro sumido en vergüenza.
Izuku, ya cerca de ella, le susurró: "¿Qué tal si hacemos un experimento y vemos qué tan emocionante puede volverse esta biblioteca?"
Momo, nerviosa, respondió: "No estoy segura de qué experimento estás planeando, pero mantén las cosas dentro de lo razonable, por favor".
Izuku, con una risa pícara, aceptó. "Lo que tú digas, Momo-chan. Pero, para cambiar un poco, ¿por qué no jugamos a algo más? ¿Verdad o Reto, quizás?"
Dudosa, la chica analizó su respuesta. — "Reto". — Respondió Momo.
"Atrevida". — Izuku sonrió con picardía, haciendo más extensa su distancia. — "Me gusta, ven conmigo entonces..." — Izuku extendió su mano hacia ella.
[...]
Izuku, siempre en busca de emociones, miró a Momo con ojos traviesos. — "Momo-chan, ¿alguna vez has pensado en darle vida a estos libros de una manera más... práctica?"
Momo, entre intrigada y cautelosa, preguntó: "¿A qué te refieres, Izuku?"
Con una risa juguetona, Izuku le propuso: "¿Y si hacemos una travesura aquí mismo en la biblioteca? Algo sutil, pero lo suficientemente emocionante para darle un giro inesperado a nuestro refugio literario."
Momo, aunque un poco reacia, se dejó contagiar por la energía de Izuku. — "Bueno, no debería ser algo que cause problemas. Pero, ¿qué tienes en mente?"
Izuku, con una sonrisa maliciosa, sugirió: — "Imagina esto: un rastro de notas escondidas entre los libros. Mensajes secretos que solo nosotros podremos descifrar. Una especie de juego entre nosotros y la biblioteca".
Momo, intrigada, asintió. — "Eso suena interesante, pero ¿no será un poco arriesgado?"
Izuku, guiñándole un ojo, respondió. — "No te preocupes, Momo-chan. Será nuestra pequeña aventura. Además, nadie más notará nuestras pequeñas travesuras".
Juntos, comenzaron a esconder notas entre los estantes, compartiendo risas y secretos mientras dejaban su marca en cada rincón de la biblioteca. Esas notas, llenas de bromas y complicidad, se convertirían en su propio capítulo oculto dentro de las páginas de la biblioteca.
"Algún tonto leerá esto". — La risa de Izuku llamó la atención de Momo.
"¿Qué escribiste ahí?" — Momo, intrigada, tomo el libro donde Izuku había escrito algo.
Puto el que lo lea.
"¿Eres un niño o algo así, Deku?" — Momo observó fijamente al sonriente Izuku.
"9 añitos recién cumplidos, Momo-chan".
Momo, contagiada por la emoción, se rió suavemente. — "Esto es un poco inusual, pero admito que es divertido".
Izuku, satisfecho con su travesura, le dijo: "Eso es lo que hace que nuestra historia sea única, ¿no crees? Ahora, cada libro esconde un pedacito de nosotros".
...
La travesura continuaba en la biblioteca, e Izuku, con su espíritu juguetón, ideó un nuevo plan. En un rincón tranquilo, observó a Momo concentrada en un libro, esperando el momento adecuado.
De repente, con un movimiento rápido, Izuku se posicionó detrás de ella, y con un pequeño grito y un toque en las costillas de la chica, le asustó, provocando que Momo diera un pequeño salto y soltara un suspiro sorprendido.
"¡Izuku! ¿Qué estás haciendo?" —, exclamó Momo, llevándose una mano al corazón.
Izuku, con una risa traviesa, se disculpó. — "¡Lo siento, Momo-chan! Solo quería... sorprenderte un poco".
La expresión de Momo pasó de la sorpresa a la diversión, y ella lo miró con complicidad. — "Bueno, lo lograste". — Momo le respondió molesta.
Izuku notando su molesta, se acercó hasta ella y le susurró al oído. — "Pero, Momo-chan, ¿no es así como se vuelven interesantes las historias? Con giros inesperados."
El corazón de Momo latía con fuerza, y de repente, se encontraron a una distancia increíblemente cercana. Sus rostros estaban tan próximos que podían sentir el aliento del otro.
Ambos se miraron, sorprendidos y avergonzados por la situación. La biblioteca parecía haberse llenado de un silencio cómplice, y sus corazones latían al ritmo de una narrativa que tomaba un giro inesperado.
En un intento por salir de la situación incómoda, Izuku, con una sonrisa traviesa, soltó un comentario inesperado. — "Deberías besarme, Momo-chan. Después de todo, las historias siempre tienen un poco de romance, ¿no crees?"
Momo, sin palabras, lo miró con los ojos bien abiertos, mientras una mezcla de sorpresa y vergüenza se reflejaba en su rostro. Izuku, como siempre, logró cambiar el rumbo de la situación, dejando una atmósfera de complicidad entre ambos, que, de alguna manera, solo fortaleció el vínculo especial que compartían en esa biblioteca única.
"O tal vez debería ser yo quien te bese". — Izuku se acercó aún más al rostro de Momo.
Momo perdía poco a poco el control sobre sí, su respiración se entrecortaba y el deseo de lanzarse sobre él incrementaba conforme sus respiraciones agitadas se mezclaban en el aire.
"Yo...~".
"¿Tu..?"
Izuku movió su mano hasta el rostro de Momo, acariciando levemente su mejilla.
Los segundos pasaban tan lentos que parecían una eternidad ahí mismo."La oferta terminó..." —. Izuku susurró, haciendo reaccionar a Momo. — "Pero esto es cortesía de la casa".
Y en un movimiento rápido, Izuku besó la mejilla de Momo tan cerca de los labios, que pudo sentir lo delicados que eran.
"Chau, chau, Momo-chan". — Izuku, con su rostro avergonzado, le sonrió pícaramente a una Momo perpleja.
Y allí habían pasado tres bromas, de las cuales, la última había sido la favorita de Momo Yaoyorozu.
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Libros
RomanceMomo solo quería probar nuevos libros en un lugar distinto. Izuku, solo quería molestarla. 🍃