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La biblioteca estaba impregnada con la calma habitual, pero esta vez, un aire de tensión flotaba en el ambiente. Momo Yaoyorozu, con el corazón latiendo fuertemente, caminaba hacia la biblioteca donde Izuku trabajaba. Recordaba con vividez las travesuras y momentos embarazosos que compartieron allí.

Al entrar, Momo buscó a Izuku nerviosa, pero en su lugar, se encontró con un chico de cabello rubio y mirada intensa. Era Katsuki Bakugou, el mejor amigo de Izuku. Este, al notar la incomodidad de Momo, se acercó con su característico temperamento explosivo.

"¿Quién demonios eres y qué haces aquí?" —, preguntó Katsuki, sin rodeos.

Momo, sorprendida por la brusquedad, respondió tartamudeante. — "Yo, yo soy Momo Yaoyorozu. Estoy buscando a Izuku Midoriya, él... él me invitó".

Katsuki, después de un momento de evaluación intensa, soltó una risa ruidosa. — "Ah, así que tú eres la que tiene a Deku haciendo tonterías en la biblioteca. No te preocupes, no tengo problemas contigo".

En ese momento, Izuku apareció con su sonrisa característica. — "¡Momo-chan! Qué sorpresa verte aquí. Y tú, Kacchan, no asustes a nuestra invitada".

Katsuki, aún gruñendo, se retiró a su rincón habitual de la biblioteca, dejando a Momo con Izuku. Los dos se sentaron en un rincón, y Momo, entre nerviosa y avergonzada, comenzó a hablar.

"Izuku, l-lo siento por las cosas que pasaron la última vez. No debí haberme dejado llevar tan fácilmente. No quiero incomodarte en tu trabajo ni nada por el estilo. Lo siento mucho" —, Momo apretó los ojos e hizo una pequeña reverencia.

Aún avergonzada, pues estaba latente el recuerdo de hacia una noche atrás donde Izuku y ella habían compartido un momento íntimo excusa en una broma de Izuku.

Izuku, mirándola con seriedad, tomó sus manos. — "Oye, Momo-chan, ¿de qué te disculpas?

Momo, mirándolo a los ojos, sintió un destello eléctrico que caminó desde sus pies hasta su cabeza. — "No lo sé" —, respondió Momo en voz baja. Su rostro avergonzado volvió a mirar al suelo. — "Tengo miedo de lo que podría pasar..."

"¿Y qué es lo que podría pasar?" —, Izuku le cuestionó. Dirigió su mano hacia la mejilla de la chica, quien se sorprendió ligeramente ante el contacto.

Ambos se observaron fijamente. Momo, con el rostro inundado en rojo de vergüenza, con el corazón latiendo fuertemente quería decir mil y un cosas, mil y un cosas que no salían por miedo.
Miedo al rechazo.

Momo, que avergonzada estaba, decidió dar un paso hacia atrás y huir lejos de Izuku, quien se quedó observándola un poco sorprendido.

"¡Momo-chan!" —, el llamado de Izuku llegó a nada, pues la chica se había refugiado en una esquina. — "Quizás esta vez me pasé un poco". — Izuku se maldijo mentalmente. Pensaba en ir tras de ella, pero optó por dejarla sola un momento, pues tal vez esa era la mejor opción.

[...]

Momo, sintiéndose acorralada en la esquina de la biblioteca, se repetía a sí misma que debía enfrentar sus miedos. Katsuki, observando la situación desde su rincón, decidió intervenir y se acercó a ella con su típico andar decidido.

"Oye, cola de caballo, ¿por qué corres cada vez que te sientes incómoda?" — Katsuki, a pesar de su tono directo, mostró una extraña mezcla de preocupación y sinceridad.

Momo, con la mirada aún baja, murmuró —, "No estoy segura. Solo... me pongo nerviosa y no sé cómo manejarlo".

Katsuki, apoyándose en una estantería, la miró de manera intensa. — "Mira, los sentimientos no son algo que debas esconder o huir. Esos momentos incómodos son parte de la vida. ¿Qué te preocupa tanto?"