No frenar pese al miedo

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En el encuentro y conexión, se revela la magia,

percibir la afinidad, sentir comodidad en la mirada.

Paso a paso, desentrañando cómo se entrelazan,

decidimos crear juntos un nuevo comienzo.

No es sencillo llegar a este punto, el miedo se siente,

una vez más, nos exponemos al riesgo que aterra.

Pero, ¿por qué no intentarlo cuando la comodidad nos abraza?

Permitir el ingreso a otra alma no es tarea liviana, amenaza.

El miedo nace, advierte de posibles heridas,

pero también es el motor que impulsa nuestras vidas.

El miedo a que no funcione, a ser herido, a que se desvanezca,

es la llama que enciende la voluntad, la fuerza que engrandece.

Así, decidimos abrir la puerta a alguien nuevo,

sabemos que no es fácil, pero el riesgo de la inseguridad no te puede frenar.

Aferrándonos a la esperanza, avanzamos con recelo,

porque, a veces, el dolor nos conduce a un renacer sin desvelo.

Si el daño llega, resurgimos de las cenizas,

si el camino es fluido, la vida nos envuelve en risas.

Encariñándonos con los defectos y virtudes a la par,

eso, mi amigo, es lo que llamamos amor.

Aprovechemos la oportunidad que la vida nos brinda,

avancemos con miedo, pues es el motor que nos guia.

Que la experiencia, sea cual sea su destino,

nos regale la felicidad más pura, un tesoro divino.

JohnRB.

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