Megumi siempre ha sido un enigma para Itadori y Nobara, tomando en cuenta lo reservado que es en ocasiones con respecto a su relación con Gojo Satoru.
Más todo eso cambia, en el instante que entran a la habitación del pelinegro, descubriendo cosas q...
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|Mama's boy|
Una mujer estaba tranquilamente sentada en el suelo de aquella finca, cargando entre sus brazos a su hijo Megumi, el cual estaba jugando con el peluche de lobo negro que su padre le había regalado cuando apenas era un bebé. Le acariciaba la mejilla al pequeño con dulzura, aunque el pelinegro fruncía su ceño ante la actitud sobreprotectora que su progenitora tenia sobre él.
Mizuki se sentía preocupada por su hermano menor, el cual había tenido que irse a una misión de ser guardaespaldas del recipiente de un señor de alto grado del mundo de la hechicería, por lo que Satoru le pidió explícitamente que permaneciera en los terrenos del clan Gojo junto a Megumi.
Comprendió el mensaje silencioso que le transmitió.
"Evitar el peligro."
Así que, le hizo caso a su hermano, llevándose con ella al pequeño de cabellos puntiagudos, mientras que le envió un mensaje a su pareja, para que este no se preocupara al no encontrarlos.
"Cariño, me fui con nuestro pequeño a visitar a unos parientes en lo que tú saliste a hacer tus trabajos.
Regresaremos una vez termines tu trabajo."
Ella solo podía esperar que ambos hombres importantes en su vida regresaran sanos y salvos.
¿Por qué las cosas tenían que salir mal?
— Hermana...
La albina estaba de pie frente a su hermano menor, con la mirada perdida luego de escucharlo hablar, apretando el anillo de compromiso que llevaba en su dedo anular.
— ¿Qué acabas de decir...?
El adolescente desvió la mirada con preocupación, se notaba su incomodidad y tristeza por el modo en que sus acciones afectaron, sin saberlo, la vida tranquila de su hermana mayor.
El ojiceleste se acerco, tratando de tomar entre sus brazos a su hermana, la cual estaba temblando y dejaba caer lágrimas silenciosas.
— Yo... no lo sabia... —Murmullo el varón con temor, extendiendo sus manos hacia la mujer. — No sabia que ese hombre era tu pareja... ¡N-No pensé que ese sujeto era el padre de Megumi! ¡Solo pensaba en...!
Finalmente la mujer se quebró ante el grito desesperado de su hermano, cayendo de rodillas en el suelo de madera con su corazón rompiéndose en miles de pedazos ante la dura realidad de su vida.
