•| DOS |•

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| Dos reinas |



Mizuki estaba caminando por los pasillos de la escuela donde su hijo estudiaba, llevando una ropa un poco mas formal en lugar de los kimonos que solía usar en su hogar.

Aunque ella quisiera visitar a su hijo y ver como se comportaba en ese lugar, sabia que no estaba ahí solo por un paseo para encontrar a su pequeño, sino por asuntos del clan y ella debía actuar con responsabilidad ante lo que estaban buscando.

Bajo las escaleras que eran iluminadas por algunas lamparas hasta llegar al jardín que era confinado bajo muchos talismanes y un rio que lo rodeaba.

No importaba si el lugar lucia encantador a la vista, o si estaba bien cuidado dado al constante trabajo que realizaban algunos de los sirvientes mas confiados y leales; ella sabia que ese lugar era el mayor secreto de su familia.

Un rey siempre tiene una reina.

Un emperador gobierna y tiene herederos con su emperatriz o concubinas

¿Qué tenia que ver aquel jardín con esas frases...?

Bueno. 

— ¿Han encontrado a alguna mujer que sea capaz de ser recipiente? —Pregunto con una voz firme al hombre que la acompañaba, el cual solo negó con derrota. — 

— Lo lamento mucho, señora Mizuki... hasta el momento no ha nacido la persona que pueda soportar a tal entidad... 

— Se nos agota el tiempo... —Murmullo para si misma, antes de caminar hasta la caja de madera de cerezo que tenia múltiples talismanes, algunos demasiado antiguos que incluso se remontaban a los comienzos del clan. — Necesitamos encontrarla...

La albina se corto la palma de su mano con una pequeña navaja, dejando caer la sangre sobre la caja, provocando que el objeto se estremeciera ligeramente y los kanjis de los talismanes volvieran a cobrar vida momentáneamente. 

A pesar de que los hechiceros de muchas décadas atrás intentaron derrotar a Sukuna, no pudieron hacerlo sin mancharse la mano de sangre de compañeros caídos o personas comunes que eran victimas de aquellos males que los acecharon. 

Muchos pueblos, en un intento de ganarse al rey de las maldiciones, ofrecían tributos de miles tipos; animales, telas, piedras preciosas, niños, hombres y mujeres.

Se narraba que el mataba sin compasión a todas esas ofrendas y destruía los poblados a puro placer.

Hasta que descubrieron que ese Rey de las maldiciones... tenia una reina, o bueno, un ser insignificante que divertía sus días. 

MOTHER || TojiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora