Eran las 11:47 p.m. exactamente y Camila se encontraba vagando por las calles de Nueva York, había sido un mal día para ella, aunque Camila tenía ya 23 años podría decirse que su vida no era como ella lo esperaba, ese día Camila había sido despedida de su trabajo, todo lo que ella podía pensar en ese momento, era que pasaría con ella, no tenía nada, su familia le dio la espalda el día en que Camila les dijo sobre su preferencia sexual, desde entonces se había visto obligada a hacerse vida por su cuenta, en fin Camila se encontraba sola, a excepción de su compañera de departamento, Dinah.
Camila estaba tan concentrada en sus propios pensamientos que no se daba cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor, incluso no se dio cuenta que al cruzar la calle un elegante auto negro casi la pasa por encima, por suerte el auto logró detenerse a tiempo, por un momento Camila pensó que por fin su tormento podría terminar, nunca le paso por la cabeza que la muerte sería el fin a todos sus problemas, pero en ese momento no quería sentir, quería dejarlo todo, en fin a quien le importaba ella, incluso pensó que su muerte pasaría desapercibida. Un poco desorientada y nerviosa se movió para dejar pasar aquel auto, se disculpó con el hombre que manejaba el auto.
Como si algo peor pudiera pasar, para Camila parecía una broma, pensó que el cielo lloraba por ella, bajo la lluvia Camila seguía su camino hacia su departamento.
Al llegar a su edificio Camila entró y saludo como de costumbre al portero de dicho edificio, podría decirse que eran buenos amigos, aún que su relación no pasaba más que los saludos que se hacían cada vez que Camila llegaba, de hecho Camila nunca lo pensó pero Rob era quizá una de las pocas personas que podía contar como amigo.
—¿Un mal día?— preguntó Rob viendo el estado de Camila.
—Pudo ser peor.— dijo Camila dedicándole una sonrisa un poco forzada.
—Lo imagino, buenas noches.— dijo Rob.
—Buenas noches Rob.— respondió Camila.
Se dirigió hacia el elevador y marco el número de piso de su departamento. Camila se encontraba frente a su puerta, llevaba ya varios minutos tocando fuertemente la puerta, desgraciadamente Dinah tenía el sueño muy pesado, incluso si hubiera un incendio ahora mismo, Dinah no se daría cuenta hasta que despertará después de 3 días...en el hospital.
Exactamente como Camila lo había pensado ese día parecía un broma del destino o algo por el estilo, ya que su bolso se había caído cuando Camila casi es atropellada. Pero eso no importaba ahora, en ese bolso no había nada de valor, simples cosas que no significaban nada, que en ese momento no significaban un cambio en la vida de Camila, o al menos eso pensaba ella.
Mientras tanto en esa misma ciudad se encontraba Lauren Jauregui, quien a sus 24 años tenía su vida hecha, o bueno casi. Pero estaba claro que el dinero no era un obstáculo, ya que tras la muerte de su padre Lauren heredó todo el dinero que este había logrado hacer, nunca nadie supo exactamente el porque de su muerte, simplemente un día al despertar Lauren recibió la noticia de que habían encontrado a su padre por las afueras de la ciudad, muerto.
Como decía el dinero no era un obstáculo en la vida de la empresaria Lauren Jauregui, a decir verdad la vida de Lauren se basaba en excesos en todos los sentidos, le sobraba dinero, le sobraba gente a su alrededor. Como una típica persona que no sabe en que gastar dinero, fiestas y alcohol era el objetivo más sencillo y divertido en lo cual gastarlo. Le faltaba una sola cosa: amor.
Lauren se encontraba en un bar, siendo las 11:30 p.m decidió irse del bar para ir a su casa , por algún motivo esa noche no quería perder la cabeza, sentía de algún modo que había llegado demasiado lejos con su triste y rutinaria vida.
Salió del bar aún sobria, llamó a James, su chofer, para que fuera a recogerla.
Estaba sentada en una banca fuera de aquel bar, cuando vio que James se acercaba en el auto, Lauren a lo lejos pudo ver como James casi terminaba con la vida de una pobre chica, le extrañó ver que la chica se quedo estática frente al auto hasta que después de unos segundos esa chica reaccionó moviéndose y retirándose bruscamente lo que hizo que su bolso se cayera.Lauren corrió a recoger el bolso de la chica, lo hizo pero la chica ya no estaba, se había ido.
(...)
—Señorita Jáuregui, le recuerdo que a las 9:30 tiene una reunión importante, a la cual no puede faltar,— se escuchó la voz de Diana la secretaria de Lauren.— Y a las 6 de la tarde tiene la cita con su madre, buenos días señorita.
—Gracias, puedes retirarte Diana.— respondió Lauren sin ni siquiera mirarla a los ojos.
Eran las 7 de la mañana y Lauren ya se encontraba en la empresa, como era de costumbre Diana le había llevado su café tal y como le gustaba.
(...)
Diana ha trabajado ya bastantes años para la empresa, incluso cuando aún vivía el papa de Lauren es por eso que aún seguía ahí, era más por el cariño que le tenía a la empresa el motivo del porque seguía ahí, porque lo cierto era que desde que Lauren tomó la riendas de la empresa se había vuelto una persona egocéntrica y arrogante, sentía que el mundo sólo giraba a su alrededor, pero a pesar de eso Diana seguía ahí, y Lauren no lo entendía.
En otro lado de la ciudad Camila despertaba lentamente, descubriendo así que se había quedado dormida recargada sobre la puerta, porque evidentemente Dinah no despertó para abrirla. Camila sintió que poco a poco caía hacia atrás, era Dinah abriendo la puerta.
—¡Dios mío!— dijo Dinah sorprendida.— Mila ¿que haces ahí?, levántate.
Camila se levantó del suelo con la ayuda de Dinah, quien la miraba extrañada, dolida por todo y a la vez de nada, así se sentía Camila en ese momento, nada en su vida importaba, pero a su vez ese nada la hacia sentirse inútil e insignificante, había perdido la esperanza, incluso pensó que el único dolor real que sentía era el de su cuello por haber dormido sentada recargada sobre su propia puerta de departamento.
Ahí se encontraba Camila frente a su mejor amiga, Camila no quería dar explicaciones, tenía sus ojos a punto de soltar todo lo que su corazón sentía, y su corazón dejándose llevar por lo que sus pensamientos decían. Y sin decir una sola palabra abrazó a Dinah, tratando de encontrar en el tranquilidad, quería que algo le hiciera saber que Dinah no se iría de su lado, quería saber que Dinah seguiría ahí sin importar lo jodida que se encontraba, y así fue sin preguntar, sin dudarlo, sin decir nada, Dinah abrazo a Camila dejándole saber todo aquello a su amiga.
Es inexplicable la manera en que a veces las acciones dicen más que las palabras.
(...)
—Esta bien mamá,— dijo Lauren con voz firme.— Creo que estas exagerando un poco.
—Te parece poco, Lauren date cuenta,— la voz de su madre se quebraba con cada palabra que decía.— Chris ha dicho que se va a España por un año.
—No hagas un drama de todo esto, por favor,— dijo Lauren un poco desesperada.— Es sólo un año y además es un intercambio escolar, Chris ya creció superalo.
—Tienes que hablar con el,— dijo su madre.— Tienes que hacerlo recapacitar.
—No haré nada, tienes que soltarlo,— respondió Lauren.— Chris ya no es un niñito, entiende eso, por cierto tengo algo importante que hacer, te veo el domingo en la boda de la tía Jess, te quiero mamá, deje la cuenta pagada.
En realidad lo que Lauren tenía que hacer no estaba en su lista de "cosas importantes", pero no quería discutir con su madre por un motivo absurdo, así que se levantó de aquella mesa y salió del café en donde se había reunido con su madre. Subió a su auto e indicó a James dirigirse a una dirección.
El auto se estaciono frente a un edificio grande, pero no tan grande como los que Lauren solía visitar, y mucho menos no tan elegante.
Entró a dicho edificio, y pregunto el piso que la llevaría hacia el departamento de Camila Cabello.
Salió del elevador cuando este se detuvo en el piso que Lauren había marcado.
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El idioma de las estrellas (Camren)
FanfictionCamila es de esas personas que pensaban con el corazón, lo contrario a Lauren, ella tenia que razonar todo antes de actuar, todo lo que hacia estaba calculado, hasta que conoció a Camila cabello.