Capítulo 4: Hasta entonces

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Era Jueves por la mañana y por alguna razón Camila se había olvidado por completo de que hoy iría con Lauren, tal vez esa razón por la cual Camila olvidó su compromiso con la empresaria tenía que ver con la llamada que le había hecho su madre el miércoles por la noche.

La madre de Camila la había llamado, y no era una llamada para saber como estaba su hija, al contrario, esa había sido una llamada en la cual la madre de Camila se limitó a regaños y de más, todo esto debido a que le llegó el rumor de que Camila estaba desempleada, para ser más exactos las palabras que la madre le había dicho a Camila fueron las siguientes "Camila, ¿no te bastó con ser la vergüenza de la familia? cuando piensas aceptar que no vas a lograr nada en la vida con esa condición tuya de no querer salir con hombres, y además por si fuera poco, no lograrás nada porque no, la niñita tenía que salirse con la suya y tenía que estudiar fotografía".

Bueno como decía, esa llamada bloqueo la mente de Camila por completo, olvidando así el compromiso con Lauren.

Ahora Camila se encontraba como en un día normal, un día común y corriente, estaba trabajando en la joyeria.

Eran ya casi las 5 de la tarde y por la mente de Camila aún no pasaba la idea de ir a su departamento tomar una ducha y alistarse para salir con Lauren.

Oficina de Lauren (al rededor de las 5 de la tarde)

Lauren estaba discutiendo con su secretaria, no sabía porque pero su humor estaba de puntas. De más esta decir que miraba cada 5 minutos el reloj. Estaba furiosa. Estaba demasiado enojada.

—Te lo dije Diana,— dijo Lauren con su voz exaltada.— Te dije que no me pusieras compromisos el día de hoy.

Diana sólo la miraba, no sabía que hacer ni responder, a decir verdad sólo una vez había visto a Lauren tan enojada como ahora.
—Yo...— empezó a decir Diana tartamudeando.— Yo lo siento mucho señorita jauregui, de verdad lo siento. No se que me paso.

—Acaso no me escuchaste cuando dije "No quiero NINGÚN compromiso el jueves por la tarde" ¿no escuchaste?,— dijo Lauren.— Olvidalo sal de aquí ahora mismo.

Diana había olvidado lo que su jefa le había pedido, es por eso que Lauren estaba tan enojada. Había programado una reunión a las 6:30 con los jefes de una empresa.

Diana salió de la oficina, dejando a Lauren sola. Laempresaria sabía que no llegaría a tiempo para recoger a Camila a las 8, tal y como le había dicho. Por lo que tomó aire varias veces con el propósito de relajar su estado de ánimo y no sonar tan enojada cuando le hiciera la llamada a Camila.

—Ok Lauren, inahala, exhala.— se dijo a sí misma.

Logró relajarse y comenzó a marcar el número de Camila.

Mientras tanto en la joyería

Camila estaba atendiendo a unos clientes, cuando sintió su celular vibrar desde bolsillo trasero de su pantalón. Se disculpó con los clientes y pidió permiso para ir a atender la llamada. Sin ni siquiera mirar quien le estaba llamado contestó.

—Hola.— dijo Camila a través del celular.

—Hola Camila.— saludo Lauren un poco nerviosa.

—¡Lauren!— y en ese momento Camila recordó la cita que tenía con ella.— ¿Que pasa?

—Ehm bueno sólo para saber si aún no te has arrepentido de acompañarme.

—No Lauren de hecho me estoy por ir a mi departamento para cambiarme y eso,— dijo apresurada suspirando al final.— Tú sabes.

Era mentira, por supuesto ni siquiera se acordaba.

—¿Esta bien si paso por ti a las 8:30?— preguntó Lauren.— Surgió algo en la oficina y creo que no podré llegar a la hora que te había dicho.

—No por mi esta perfecto.— dijo Camila aliviada.— Te espero a esa hora.

—Hasta entonces.

Claro que a Camila no le molestaba que pasará media hora más tarde por ella, al contrario tenía media hora más de ventaja, gracias a su olvido, claro.

Volvió hasta donde había dejado a los clientes, les mostró los anillos que más se acercaban a la situación para lo que lo ocupaban, una vez que los clientes decidieron el anillo, Camila rápidamente los dejó a cargo de Ally.

—Ally por favor,— pidió Camila.— Puedes atender a estos clientes por mi, ya eligieron el anillo, es sólo hacer los trámites finales y eso ¿por favor?

—Si si, claro, pero ¿porque tan apurada?— preguntó Ally un poco angustiada.

—Me salió un compromiso,— dijo tomando sus cosas.— Luego te cuento.

Camila no pensaba en nada más que en su descuido, se odio por un momento pero miro el reloj y supo que aún estaba a tiempo, pues eran apenas las 6:45, pero eso no descartaba que tenía que estar a las carreras para poder lograr estar lista a tiempo.

Departamento de Camila (8:00 p.m.)

—Dinaaaaaaaah.— gritaba Camila desde su cuarto.— Por favor ven ayúdame.

Necesitaba la ayuda de dinah ya que no podía subir por completo el cierre de su vestido.

—Tranquilizate mujer,— dijo Dinah.— Ya voy.

Dinah llegó a la habitación en donde estaba Camila, y por la expresión de su cara puedo asegurar que Camila se veía hermosa, dinah se acercó a ella subí el cierre del vestido, se alejó un poco.

—¡Wow! Camila estas hermosa.

Era cierto ese vestido en específico se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Era hermoso. Camila se acercó al espejo y checo que todo estuviera en orden. Estaba nerviosa.

—¿Como me veo?— preguntó Camila.— Siento que este vestido no me va, me lo voy a quitar.

—¡Por Dios! te ves hermosa, jamás te había visto tan...tan bonita.— dijo Dinah.

—Dinah,— dijo Camila juntando sus manos.— Me sudan las manos.

—No me has dicho a donde irás

—¿Recuerdas a la chica con la que hablaba en la fiesta de tu hermano?— preguntó Camila.

Dinah asintió con la cabeza.

—Pues es ella.— dijo Camila.

—¡No! ¿En serio?— preguntó dinah sorprendida.— ¿La misma chica que te escribió su número en tu mano y después te dio una explicación medio nerd? ¿La misma que te regreso el bolso? ¡No lo puedo creer! Camila, ¿le haz visto el trasero? ¡Dios!

Al parecer alguien estaba más emocionada que Camila.

—Ya Dinah tranquila,— Camila rodó los ojos.— Sólo me invito no es para tanto.

—¡¿No es para tanto?!— dijo casi gritando.— Entonces dime porque te sudan las manos ¿eh?

Camila se limitó a rodar los ojos, otra vez.

(8:00 p.m.) Aun en la oficina de Lauren.

Eran ya las ocho de la noche y Lauren aún seguía dentro de la sala de juntas, estaba ansiosa, desesperada y enojada. Quería salir corriendo de ahí. Tenía 30 minutos para cambiarse y llegar al departamento de Camila. Por suerte su departamento no quedaba lejos de su trabajo. Pero no podía dejar de sentir esa impotencia cada vez que el representante de la otra empresa decía incoherencias.

Diez minutos después por fin se dio por terminada la dichosa junta. Lauren salió de ahí lo más rápido que pudo, se fue a su departamento se cambió de ropa, se subió a su auto y se dirigió por fin al departamento de Camila.

Estaciono su auto lo más cerca que pudo y entró al edificio.

Estaba frente a la puerta, antes de tocar, acomodo una vez más su cabello, se ajustó su vestido, y tomo una gran bocanada de aire. Tocó la puerta.

El idioma de las estrellas (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora