Capítulo final - Maldición

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Los monjes fueron tras Chase en cuanto se marchó, entraron en el territorio de Hannibal sin pensar, solo siguiendo el rastro de caos a su paso. En cuanto lo alcanzaron, este ya estaba peleando, exigiendo saber el paradero de Jack.

—¡¿Dónde está Spicer?!— insistió conteniéndose de destrozarlo solo para poder conseguir una pista.

—Oh, no esperé que en serio te encariñarías con ese muchacho—se burló Hannibal, repeliendo unos golpes y recibiendo otros.

—¿Acaso crees que cualquiera puede gozar de mi lecho?—Chase lo arrojó de una patada a la parte más profunda de su escondite, avanzando sin piedad, listo para acabarlo si no le daba lo que quería— por última vez, ¿Dónde está Spicer?— amenazó con frialdad.

Hannibal entonces se rio, quedándose acostado un momento, solo para luego girar y arrojar algo a los pies de Chase.

—Allí lo tienes— Kimiko y Omi dieron un grito, Raimundo y Clay se quedaron pálidos— logré recuperarlo solo para ver tu cara —declaró con malicia, sonriendo al ver la expresión confusa en el rostro del guerrero, como si no terminara de procesar lo que veía.

En el suelo, el cuerpo sin vida del joven genio del mal, de su acosador personal... de su amante... su prometido, se hallaba sin vida rozando sus pies. Todo se congeló un instante, por un segundo pudo ver en sus memorias el día en que conoció al pelirrojo, el mocoso molesto que lo adoro desde el inicio, el día en que hicieron su primera alianza, cuando lo "capturo" y gobernó su palacio por un par de días, cuando lo beso, cuando despertó a su lado... pese a los insultos, pese a su carácter pese... pese a todo... él nunca se dejó intimidar, y nunca lo uso para obtener nada, él fue el único amante que realmente siguió a su lado sin que sus ambiciones eclipsaran lo que tenían.

—Jack...—susurró, arrodillándose a su lado, con voz tan quieta que los mismos monjes se estremecieron. Con suma delicadeza acaricio la mejilla ya gris y fría, alejando un mechón rojizo de su rostro. La contemplo otro poco, ocultando devoción y un silencio respetuoso por él.

Sin embargo, garras pronto aparecieron, destrozando la roca bajo él, la cola y los colmillos asomaron en un aura vengativa, los monjes retrocedieron un paso, presintiendo la tormenta que se avecinaba.

—¡No Chase Young! ¡Detente! —Omi le gritó, adivinando sus intensiones, pero ni siquiera así se atrevió a interponerse entre él y Hannibal

—¿No me digas que te pusiste así por ese muchacho?—se burló el hechicero con malicia, pero un sudor frío recorrió todo su cuerpo cuando Chase se irguió, haciéndolo retroceder.

—¿Qué le hiciste?— las fauces de la bestia se abrieron, sus pupilas afiladas fijas en Hannibal, el aliento mortal empapando cada sílaba.

—Yo no le hice nada —la voz de Hannibal bajo un tono, precavido—esto es solo obra de la sopa —explicó, pero de la nada, sintió un montón de golpes en su cuerpo mientras era sujetado por el cuello y estrellado contra las rocas sin permitirle tocar el suelo.

—¡¡Mentira!!—Chase lo increpó, no escuchaba nada salvo la voz de Hannibal—¡Yo tomé la sopa! ¡Este no es el resultado! —le exigió apretando su agarre.

—E-esto es... precisamente el re-sultado — Hannibal explicó faltándole el aire, disfrutando, casi podía escuchar los hilos de la cordura de Chase desprenderse uno a uno — ¿No creíste que se llama así solo para impresionar no?—volvió a reírse a pesar de casi no poder hablar.

La sopa del solitario Lao Mang, se suponía que era la historia de un hombre corrompido y llevado al lado Heylin pero...

—Mentiste...— Chase abrió más los ojos, dándose cuenta, por eso se sentía tan inquieto cuando Jack estaba solo, por eso sintió que algo raro pasaba desde que empezó a fijarse en Jack, era como si su instinto le exigiera no separarse de él y a la vez alejarlo para protegerlo, pero su orgullo, su maldito orgullo...

Lao Mang (Chase Young/Jack Spicer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora