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Al llegar al palacio Sana bajó de forma rápida rumbo a la oficina de su padre que había llegado algunos minutos antes que ella. Mina la seguía detrás tratando de alcanzarla.

— ¡Sana, espera! — Mina aceleró el paso y logro alcanzarla, jalandole un poco el brazo para que volteara — Piensa las cosas, esto puede terminarlo mal.

— Ésto ya está mal, Mina. ¡Me consiguió un "novio"! ¡Y ni siquiera lo consultó conmigo! — Dijo Sana enojada. Había tratado todo el camino de calmarse pero era imposible, tenía los pensamientos nublados por el enojo.

— Lo sé, Sana, pero piensa en las futuras consecuencias que puede traer si entras ahí y lo confrontas, las cosas pueden salir peor — Habló Mina con un tono de voz calmado, tratando de hacer que Sana la escuchara — No te digo que no hables con el, pero necesitas calmarte. Respira y piensa lo que vas a decir antes de entrar con el.

Sana cerró los ojos y suspiró una, dos y tres veces, tratando de calmar el enojo y el temblor que tenía en las manos. Mina tenía razón, las cosas ya estaban mal, pero si entraba ahí enojada sabía que se podía poner peor.

— Bien, ya estoy calmada — Dijo Sana ya con la respiración calmada — Solo hablaré con el.

— ¿No crees que sea mejor idea hablar mañana con el? Eso te dijo el.

— No podría esperar hasta mañana, necesito hablarlo — Sana miró el pasillo que la llevaba a la oficina de su padre y se cruzó de brazos — Está bien, Mina, te puedes retirar.

— ¿Estás segura? ¿No quieres que te espere?

— No, gracias. Yo puedo con esto — Contestó Sana muy poco convencida — Necesito hacerlo.

— Cualquier cosa puedes hablarme, ¿Sí? — Mina se acercó y le dió un breve abrazo — Suerte.

Mina se alejó de su campo de visión y Sana tomó un poco de aire, empezando a caminar con rumbo a la oficina de su padre.

**

— Sabía que no podrías esperar hasta mañana — Dijo su padre cuando vió a Sana entrar por la puerta y sentarse enfrente de él — Dime hija, ¿De que deseas hablar?

— Creo que sabes de lo que quiero hablar — Habló Sana con voz firme.

— Por supuesto que lo sé — Sonrió su padre, recargandose en su asiento — Y creo que fuí muy claro.

— Sigo sin entender por que pensaste que yo aceptaría tener un novio.

— No es una decisión, Sana. Tienes que hacerlo y punto.

— Pues no quiero, no lo haré. Tengo pareja ya — Aseguró Sana con la voz más fuerte. Estaba empezando a alterarse.

— Sana, Sana... Parece que no has entendido como funcionan las cosas aquí, ¿De verdad pensaste que tu relación con esa coreana iba a triunfar? Por Dios, te lo avisé desde un inicio, tenías un tiempo libre y no me importaba lo que hicieras mientras fuera privado. Pero ya es momento de que empieces a tomar más responsabilidades, no serás una princesa toda la vida, en algún momento tendrás que tomar las riendas de este reino y lo tienes que hacer acompañada de un hombre. No de una mujercita coreana.

— No le digas así - Sana puso un puño en la mesa. No iba a tolerar que su padre hablara de esa manera de Dahyun.

— Da igual, Sana. Tu destino está escrito, tienes que casarte con alguien que sea bueno para este reino, sea Tadashi o alguien más.

— ¿Y que si no lo hago?

— Pues cosas muy malas pueden pasar. A fin de cuentas, ya se perfectamente tu punto débil.

sombras en la corona ; saida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora