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Sana despertó poco a poco y apretó los ojos al sentir los rayos del sol pegar directo en su rostro. Subió una de sus manos a su cara y se talló los ojos con cuidado. Se quedó mirando la ventana unos minutos y después por instinto, llevó una de sus manos a su cintura, sintiendo el brazo de Dahyun que la rodeaba por ahí. Lo acarició un poco y se dió la vuelta para estar frente a ella.

Vió el rostro de Dahyun y al ver la manera en la que su cuerpo subía y bajaba al compás de su respiración, supo de inmediato que la coreana estaba despierta. Sonrió un poco y pasó uno de sus dedos por la frente de Dahyun, despues por sus parpados, su nariz y bajó hasta su mandibula.

Con calma, pasó toda la mano por el cuello de Dahyun y rápidamente la coreana soltó una pequeña risita por las cosquillas que le provocó la mano de Sana en el lugar.

- No tienes que fingir estar dormida para que te de cariño, ¿Lo sabes, verdad? - Preguntó Sana y Dahyun rió abriendo los ojos y viendo directamente a la japonesa.

- Buenos días, linda - Saludó Dahyun dejando un beso en su mejilla. Sana sonrió y se acomodó para estar más comoda en la almohada.

- Hola amor, buen día - Sana se acercó un poco más y dejó un beso en la nariz de su novia, se movió más cerca de la coreana y abrazó a Dahyun con fuerza, soltando un suspiro.

- ¿Quieres descansar un poco más? - Preguntó la coreana y Sana asintió, entonces Dahyun subió su mano a la espalda de la japonesa y empezó a acariciarla para que descansara un poco más.

En realidad, no quería descansar un poco más. Quería evitar tocar el tema de la cena de la noche anterior. Dahyun ya lo sabía claro, pero de igual manera tenía que contarle lo que había pasado, no quería ocultarle ningún detalle a Dahyun, sabía que a ella también le afectaba el tema y sentía que omitir detalles podía entorpecer su relación.

Inhaló un par de veces y se dejó intoxicar por el perfume de su chica, sonriendo al sentir la fragancia en su cuerpo.

- Me encanta tu aroma - Dijo Sana y dejó un beso en su cuello, haciendo que la piel de la coreana se erizara - Hueles a bebé.

- Es mi arma secreta, así conquisto a las chicas - Bromeó Dahyun y Sana levantó el rostro indignada.

- ¿Me puedes explicar a cuales chicas, Kim Dahyun? - Preguntó Sana y Dahyun sonrió mordiendo su lengua.

- A algunas en las cafeterías - Respondió Dahyun dando un toquecito con su nariz en la de Sana.

- ¿Y te ha funcionado? - La japonesa le siguió el juego pasando su mano por su cuello y dejandola en su nuca.

- Por supuesto, la última vez que me acerqué a una me dió su número y ahora es mi novia - Sonrió Dahyun con orgullo y Sana copió su gesto, acercandola un poco más por la nuca y dandole un beso lento.

Existían momentos, como la noche del día anterior en los que sentía que su vida ya no tenía sentido, que no podía tomar decisiones tan simples por su cuenta.

Pero también había momentos en los que se sentía la persona más feliz del mundo, y esos momentos eran cuando se encontraba con Dahyun, en sus brazos, riendo con ella, o simplemente estando a un lado de ella. Cualquier momento con Dahyun le cambiaba el ánimo de una manera sorprendente.

No sabía que estrellas se habían alineado para que Dahyun se atravesara en su camino, pero estaba eternamente agradecida de que hubiera pasado y ahora pudiera disfrutar de la calidez de sus abrazos y la paz que le transmitían sus besos.

**

Dahyun se encontraba sentada entre los muslos de Sana mientras la japonesa la abrazaba por la espalda. La coreana tenía su laptop en su regazo, finalizando unos pendientes del trabajo y Sana la dejaba concentrarse, viendo las noticias en la televisión.

sombras en la corona ; saida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora