- 4 -

74 8 1
                                    

— Espera, espera — Mina volteó el rostro de Sana un poco para limpiar el exceso de maquillaje en su mejilla — Listo, puedes ir.

— ¿Y si no voy?

— No te atreverías.

— ¿Quieres ver?

— No, Sana. Te matarían y de paso a mí — Mina le sacó la lengua a Sana y la empujó para que saliera de su habitación.

— Ven conmigo, no quiero ir sola — Pidió Sana con un puchero.

— Iré contigo, pero tendré que esperar afuera — Mina le dió un pequeño masaje en los hombros tratando de darle animos — Momo estará ahí.

— Pero Momo irá con su novio, no me hará caso — Sana se resignó y bajó las escaleras con Mina.

— Solo serán un par de horas, tranquila, no vas a morir — Mina sonrió para tratar de calmar a Sana, cosa que no funcionó ya que la mayor tenía los nervios a tope.

Al llegar a la sala ya se encontraban ahí sus padres, asistentes y otros integrantes del comité real. Cuando notaron la presencia de Sana se pusieron de pie y le dieron la orden a los choferes de alistar las camionetas.

En total eran cuatro vehículos, más otros dos en los que se encontraban la guardia que era la encargada de salvaguardar a los integrantes de la familia real.

El chófer encargado del vehículo que transportaría a Sana era Yoshio, persona a la que Sana saludó con alegría.

— Se ve muy linda, su majestad — Dijo Yoshio abriendo la puerta para que Sana subiera a la camioneta.

— Muchas gracias, Yoshio.

— De nada, su majestad — Yoshio sonrió un poco — Usted también señorita Myoui.

— Gracias, yo también me esmeré en mi vestuario de hoy — Respondió Mina emocionada haciendo reír a los dos.

Al estar los tres en el vehículo emprendieron su camino hacia el lugar acordado de la reunión, que aún era desconocido para Sana.

Tardaron poco más de una hora en llegar, Sana notó que era un palacio un poco más pequeño que el suyo. Era lindo.

Antes de entrar tenían que hacer un pequeño proceso de verificación y acreditación para cada una de las camionetas. Sana aprovechó ese momento para hablar un poco con Dahyun.

[Dahyun]:
llegaste?

[Sana]:
sip

apenas hace unos minutos

cómo estás?

[Dahyun]:
estoy bien

sigo en el trabajo

crees que pueda verte más tarde?

[Sana]:
mmm por?

me extrañas?

[Dahyun]:
tal vez

[Sana]:
esa no es la respuesta que quería leer

[Dahyun]:
bien

sí, extraño mucho a mi chica y necesito abrazarla muuy fuerte

Sana sonrió leyendo el mensaje y volteó a los lados para verificar si alguien había notado sus mejillas rosadas. Para su mala —o buena— suerte solo la había visto Mina, quien levantó una ceja y rio un poco. No necesitaba preguntar nada, Mina sabía de sobra que la causante de ese color en sus cachetes había sido Dahyun.

sombras en la corona ; saida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora