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Era domingo y como cada día desde hacía ya ocho meses, Khaotung permanecía mirando por la ventana de la habitación del motel que habían ocupado.

Estaba solo y eso le permitía hablar sin miedo a que sus hermanos lo escuchasen pues tenía mucho que decir y mucho que decidir.

...-Llevo días notándome extraño. Mi cuerpo se está preparando para tu llegada, mi bebé. Mi omega interior me desgarra con la necesidad tortuosa de regresar junto a él pero no voy ha hacerlo, es mejor así, que las cosas se mantengan como están

Sus hermanos habían tenido que trabajar muy duro no solo para mantener, sino para pagarse los medicamentos de los tres, así como el suplemento que evitaba que la falta de su alfa, le malograra el embarazo

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Sus hermanos habían tenido que trabajar muy duro no solo para mantener, sino para pagarse los medicamentos de los tres, así como el suplemento que evitaba que la falta de su alfa, le malograra el embarazo.

Los tres omegas eran muy conscientes de que había demasiadas complicaciones a su alrededor y por ello el mediano de mis hermanos se sentía muy culpable porque él había fallado.

Sus hermanos jamás se lo habían recriminado pero sabía que ambos estaban muy mal por haber tenido que renunciar al amor y huir por su desliz.

No tenía ni idea de cómo acabará todo, ni a dónde les llevará la vida pero una cosa era cierta y esa era que no querían regresar nunca con Sam y mucho menos perder al bebé.

Creía que podía ser que el empresario a esas alturas ya sabría la verdad y que quizás estaba molesto con sus hijos o que estos se habían vuelto a ir y que cada quién seguiría con su vida.

También pidiese ser que First pronto conocería a alguien y lo mordería, liberandole del lazo, que aunque no lo había pedido, era lo más hermoso que he recibido de un alfa como él, porque a pesar de todo, este había sido delicado y cuidadoso durante aquel celo.

Fruto de ello tenía un hermoso regalo que aún permanecía envuelto en su vientre y que con amor, esfuerzo y atenciones de sus hermanos, había logrado llevarlo casi a fin.

Estaba seguro que junto a Book, Mark y su bebé encontrarían la felicidad que les faltaba y la protección que necesitaban.

Quería que su bebé fuese algún día tan grande y hermoso como su padre, aunque por el momento, este estaba muy a gusto en su burbuja de protección.

Lo que Khaotung no sabía era que Book ya estaba harto de esa nueva vida pero no le quedaba más remedio que aguantar.

...-Yo no nací para este tipo de trabajo-refunfuñaba una vez más el mayor, el cual había tenido que aceptar una vez más un trabajo de camarero, tras tener que salir a ganar dinero y mantener a sus hermanos cuando se acabaron los ahorros

Por su parte Mark se pasaba casi todo el tiempo llorando y gimoteando pues era bastante torpe y su jefe no hacía más que regañarle.

Ese último trabajo era en un hotel de lujo y les proporcionaba el dinero que necesitaban y con las propinas podían comprarse algún capricho.

9. Vendidos - FirstKhao TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora