Elizabeth Howard tenía una vida "perfecta", pero todo cambió después de perder a su familia en un trágico accidente dejando a ella y a su hermanastra Jackie solas, dejarán atrás su vida privilegiada en Nueva York y se mudarán a Colorado, con la mejo...
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Una rubia estresada porque no podía acomodarse su coleta y una pelinegra terminándose de vestir se encontraban en su habitación preparándose para ir a correr, es algo que compartían ambas hermanas, las caminatas matutinas.
Las hermanas salieron de su cuarto con un AirPod compartido hasta que se toparon con alguien saliendo de la habitación de Cole, era Olivia que apenas las vio bajo corriendo las escaleras, se miraron desconcertadas pero le restaron importancia siguiendo con su camino.
— ¡Hola! ¿Ustedes corren?— preguntó Nathan con una enorme sonrisa ya que él era el único en la casa que solía correr por las mañanas.
— nos ayuda a pensar— asintió Jackie, la rubia le dio la razón.
— ¿corremos juntos?
Ambas asintieron esperando a que el chico terminara de abrochar sus agujetas.
— madrugaron— habló un rubio despeinado saliendo de la casa amarilla.
La pelinegra contestó — igual tu.— Cole se fue no sin antes dedicarle una ultima mirada a Jackie.
Los 3 chicos trotaron alrededor de una hora para después volver y poder tomar una ducha.
Las hermanas se acercaron al baño ya con su bata puesta, se suponía que Jackie entraría primero ya que era la que menos tardaba, a Elizabeth le gusta tomarse su tiempo en la ducha ya que lo encuentra muy relajante, o bueno así era hasta que llegaron a la casa de los Walter.
Lee se quejó con ambas diciéndoles que había un horario para poder entrar al baño, la rubia suspiró fastidiada regresando a su habitación, volvería cuando hubiera menos caos.
Después de unos segundos no escucho mas gritos así que se asomo a ver si ya había entrado su hermana, lo único que pudo encontrar fue a los hermanos Garcia con una enorme sonrisa pintada en sus rostros.
— ¿y Jackie?
Isaac dejó de reír— en el baño de abajo, no te preocupes si quieres puedes usar mi turno.
Lee bufo — ¿desde cuando podemos donar nuestros turnos?
Isaac le hizo una mueca y la rubia ignoró completamente a los dos yendo hacia el baño con su bolsa que contenía todo lo necesario, shampoo, acondicionador, jabón para cuerpo y distintas cremas y perfumes.
Termino de ducharse y entro a su habitación alisando su cabello rubio y maquillándose cuando su hermana entró histérica yendo hacia el espejo.
— y a ti que te paso.
La pelinegra la ignoró quitándose la toalla que traía en la cabeza, mostrando su lindo cabello ahora arruinado con varios mechones rubios, la ojiazul no pudo evitar soltar una risa.
— ¿probando algo nuevo? — preguntó divertida recibiendo una mirada amenazadora de su hermana.
