Elizabeth Howard tenía una vida "perfecta", pero todo cambió después de perder a su familia en un trágico accidente dejando a ella y a su hermanastra Jackie solas, dejarán atrás su vida privilegiada en Nueva York y se mudarán a Colorado, con la mejo...
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Algunos de los Walter se encontraban preparando el carrito de sidra para el juego de fútbol de Cimarrones contra Halcones, Elizabeth no entendía muy bien porque era tan importante para todos en el pueblo, en su primera escuela antes de trasladarse a la de Jackie solía haber juegos pero no siempre le tomaban tanta importancia, o bueno por lo menos a Elizabeth no le solia interesar pero tenía que ir a todos ya que su novio de ese tiempo le solía decir que todas las novias iban a los partidos, pero cuando se trasladó a la de su hermana pudo estar más tranquila ya que era una escuela de puras mujeres.
Elizabeth estaba recostada en el pasto mientras veía como Cole, Isaac y Lee le ayudaban a Parker a practicar para su partido de fútbol, le divertía mucho ver el caos de estos hermanos juntos, eran muy divertidos.
— Isaac, tiene nueve años— la rubia soltó una pequeña risa ante las palabras de Cole, el pelinegro notó esto y le hizo una mueca.
— Oigan que buen partido, pero es hora de terminar ¿si?— habló George desde la entrada de la casa haciendo que los chicos empezaran a entrar, excepto por Isaac que se acercó a la rubia que estaba acostada con los ojos cerrados disfrutando del sol.
— ven vamos rubia— Isaac se puso delante de Elizabeth, tapando los rayos de sol que le pegaban justo en su rostro, la ojiazul al notar esto soltó un quejido.
— estoy cansada — bufó levantándose lentamente para quedar sentada delante del pelinegro, el chico soltó una risa y tomó sus manos para poder ayudarla a levantarse.
La chica tomó sus manos para después jalar de ellas y que Isaac cayera sobre el pasto.
— ups— soltó la rubia recargándose en el pecho del chico quedando unos cuantos centímetros de su cara.
Isaac le dio una mirada amenazante — no quieres jugar a esto Howard, yo soy más fuerte que tú — dijo con una sonrisa pintada en su rostro.
— pues no parece Garcia — soltó la ojiazul retando al chico abajo de ella.
Isaac la miro un par de segundos y la agarro desprevenida, tomándola de los hombros dándole vuelta a su juego, ahora él estaba arriba de ella.
— okey tú ganas — bufo la ojiazul rodando los ojos divertida, Isaac sonrió victorioso y se levanto dándole la mano para poder ayudarla a pararse.
Ambos se pararon y empezaron a caminar hacia la entrada, no sin que antes Elizabeth volteara hacia atrás encontrándose con su hermana con una mirada divertida ya que había visto todo a lo lejos, la ojiazul le dedicó una sonrisa y entró a la casa.
Todos estaban sobre la mesa escuchando la conversación de George y desayunando, excepto por Elizabeth, que se encontraba bebiendo de su café negro.
— ¿no le echas leche? si que eres rara rubia — hablo Isaac tratando de hacerla reír pero al ver la seriedad de la chica le dio un pequeño empujón en su hombro sacándola de su nube.
