04: Conversación.

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CAPÍTULO CUATRO.
    
    
    
8PM.

La desnudez de su cuerpo rozando con la suavidez de las sábanas que la cubren, su respiración agitada mientras Lalisa acomodaba sus prendas.

¿Cuanto tiempo había pasado ahí? Creía que ya llevaba un par de semanas donde todo había dado un giro.

Casi había vuelto todo a la normalidad, sus días de compras habían vuelto una vez más, los lujos, sus joyas, las tarjetas sin límite a su disposición para gastar todo el dinero que quisiera.

Era perfecto, pero la manera en la que aquella mujer la devoraba cada vez que tenía la oportunidad la había dejado perpleja, jamás había tenido sexo de esa manera y la dejaba cansada por horas sin poder levantarse.

Ella era bastante brusca y ruda a la hora de tener sexo con la de mirada felina pero sus comportamientos dulces, amables y atentos compensaban todo al final de cada cesión.

Había aprendido a convivir con ella, básicamente porque casi nunca estaba en aquella gran casa que también se había convertido en su lugar de vivienda, y compartir cama con ella no había sido un problema porque algunas veces ni siquiera llegaba a dormir.

Intento acomodarse, el sonido de las esposas que la ataban a la cabecera de la cama interrumpiendola en el intento.

La mujer volteo a verla y unas amplia sonrisa dejo ver sus perlados dientes con satisfacción, ver el cuerpo de su acompañante lleno de marcas que había hecho con sus dientes, al succionar o con el cuero que descansaba a un lado de su cuerpo era suficiente para sentirse orgullosa.

—¿Quieres que te desate? —Habló de manera juguetona, acercándose a ella mientras balanceaba las llaves de las esposas que la aprisionaban justo frente a ella.

Asintió sin demasiadas energías, su cuerpo arqueandose al intentar soltarse de lo que no le permitía la movilidad.

—Sabes lo que debes decir. —Ordenó, su mirada oscureciendose.

—Por favor. —Termino por murmurar ella, provocando que esbozara una carcajada rota por su estado.

Lalisa libero sus manos, tomando su mentón para acercarla uniendo sus labios en un beso que solamente ella tenía el control, su cercanía contra el cuerpo de Jennie siendo demasiada.

Los brazos de Jennie rodearon su cuello buscando más contacto, mientras que Lalisa explotaba su cavidad bucal con su lengua, tomando control.

Solo se separaron cuando el oxígeno ya era escaso y comenzaba a volverse insuficiente, sus pechos subiendo y bajando al mismo tiempo agitados.

—¿No dormirás aquí? —Preguntó una vez que sus cuerpos fueron alejados, Lalisa ahogando una carcajada.

—¿Desde cuando eso importa? —Ella regreso la pregunta con mala gana.

—Pensé que te quedarías esta noche, nunca estas por aquí. —Se sintió avergonzada al decir eso, pero su curiosidad era más grande.

Lalisa la miro credula antes de carcajear con burla, soltando una risa nasal.

—Ese no es tu problema Kim Jennie, concéntrate en el dinero y en coger, no en mis horarios o mi vida personal.

Dejo a Jennie con las palabras en la boca, no espero un solo segundo para abandonar el lugar, dejandola sorprendida.

Se mordio el labio ¿Por qué mierda Lalisa era tan impredecible!

***

—Deberías estar feliz. —La voz de Chaeyoung se manifiesta con indiferencia, haber escuchado tanto a su amiga quejarse era aburrido—. Tienes dinero y además de eso una hermosa mujer te quiere en su cama, ¿No es suficiente?

—Lo es cuando no se comporta como una bipolar de mierda.

Jennie puso los ojos en blanco, haberle contado eso a su mejor amiga quizás no había sido lo mejor.

Ella era la única que sabía de todo este trato con lujo de detalle, si, pero ella no era la persona más estable en ese ámbito ya que su parecido en el estado de amor por el dinero habían conllevado a esa mentalidad.

Siempre y cuando tengas los bolsillos llenos de dinero, nada está mal.

—Lo se, me lo has dicho muchas veces antes pero no es tan malo. —Dio indiferencia a ese hecho—. Solo hazle caso y no te metas en sus problemas.

—No es tan fácil cuando vivimos juntas bajo un maldito techo.

—Podría serlo, pero pareces extrañamente apegada a ella.

Jennie bufo, dejando el trago a un lado para levantarse luciendo furiosa.

—Olvidalo, parece que soy la única que quiere tener esta conversación aquí.

Ella se fue, pero había algo en lo que Rose tenía razón y eso era su apego inevitable por Lalisa, el querer saber de ella y quizás involucrarse un poco más en ello.

Esto estaba volviéndose malditamente complicado, y no sabía por qué.

Money | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora