ESA MAÑANA JO Y AMY AÚN NO ESTABAN BIEN y la pequeña aún no había bajado a desayunar. Había mucha tensión y ninguna se atrevía a decir nada.
Amy bajó a desayunar y se sentó al lado de Jo, pero esta se cambio de sitio enseguida.
— Coged vuestros patines y al rio, señoritas. — Dijo Laurie entrando a nuestra casa. — Hace una mañana resplandeciente.
— ¡Vamos! — Se escuchó la primera palabra por parte de Jo del día.
— ¿Puedo ir? Jo, la última vez me prometiste que iría. Jo. — Preguntó Amy. — ¿Va a estar así eternamente?
— Sabes que le importaba mucho su novela. — Le contesté.
— Claro, ha sido una pérdida muy dura para ella. — Añadió Beth bebiendo de su taza.
— ¿Es que no hay nada que pueda hacer? — Volvió a preguntar.
— Ve tras ella. No digas nada hasta que Jo esté de buen humor con Laurie, y luego di algo agradable. Seguro que volverá a ser tu amiga. — Le aconsejó Meg. — Kate, ahora hablamos de un tema.
Asentí a mi hermana, Amy se fue arriba a buscar sus patines y Beth se puso a tocar el piano.
— ¿De qué queráis hablar? — Le pregunté al quedarnos solas.
— Te voy a volver a hacer esta pregunta. ¿Estás enamorada de Laurie? — Después de su pregunta estuve pensando un rato, ¿de verdad lo estaba? ¿O era sólo que me atraía?
— No lo sé Meg, estoy muy confundida. Unos días me regala un collar y me da la mano en el teatro y otros solo le pone atención a Jo. Y no quiero ser con quien se conforme por no conseguir a la indomable Jo.
— Mira, Kate. Que no te importe lo que él pueda sentir, me refiero, si de verdad quieres tener una vida con él, arriésgate. Si él siente lo mismo por ti, adelante, disfrutar de vuestra vida juntos. Pero si por el contrario eligiera a Jo, de eso ya nos preocuparíamos después y estaré contigo en todo momento. Hazle ver a Laurie que le quieres. — Dijo Meg y me acerqué a ella para abrazarla mientras la agradecía. — Aquí no vas a hacer nada, ve con él.
En eso vemos a May saliendo de la casa y subí rápidamente para coger mis patines y acercarme lo máximo posible al chico de rizos.
Iba corriendo por la nieve y de repente escuché un grito pidiendo ayuda. Aceleré el ritmo y cuando llegué me puse rápido mis patines mientras veía a Amy en el agua congelada. Me estaba acercando a ella pero escuché otro grito, esta vez por parte de Laurie.
— ¡Katie, no te muevas! No te acerques a ella o también te caerás. Pásame una rama de ese árbol.
El chico se tiró al hielo intentando acercarse para coger a Amy. Fui corriendo hacia el árbol más cercano y arranqué una rama para después lanzársela a Laurie.
Al final entre la ayuda del chico y Jo consiguieron rescatar a Amy del hielo. Jo abrazó a la chica y la disculpó, pero Laurie se acercó a mí.
— Buen pase.
— Gracias por haberla rescatado. — Dije abrazándole. — No sé qué haríamos sin ti.
— Yo sí que no sé si no estuviera en mi vida señorita Katie. — Dijo para después depositar un beso en mi mano.
Mientras me quedaba paralizada por el anterior momento con Laurie vinieron mis hermanas y fuimos hacia casa para que la menor entrase en calor.
Unos días más tarde la tía March había dejado que Meg la acompañase a Europa. Estábamos despidiéndonos de ella cuando vinieron Laurie y Jo jugando y riendo, y ahí volvieron mis dudas hacia el chico.
Meg me había convencido ir a comprarle un anillo por el regalo que él me hizo y me prometió que se lo daría con delante, por lo que este era el último.
Jo se acercó a Meg para decirle que no se casara y aproveché la oportunidad para acercarme a Laurie que ahora se encontraba solo.
— Laurie. — Le llamé y vino hacia mí. — Me gustaría darte una cosa.
— Katie, no, no es necesario.
— Sí que lo es. — Le contesté para después tenderle el anillo.
— Es hermoso, muchas gracias, Katie. — Se acercó a mí para depositar un suave beso en la mejilla.
— Kate, ven a decirle a Meg que no se case. — Me llamó Jo desde el otro lado de la plaza.
— Meg, si encuentras a un buen caballero, cásate. — Le grité recibiendo una mala mirada de Jo. — Por favor, Laurie. Intenta que al menos elija bien.
— Todo lo que mi Katie me diga, lo haré. — Me respondió haciendo una reverencia y besando mi mano.
Cogí del brazo a Laurie y ambos fuimos a despedir a Meg. Después de muchos abrazos para la que partiría se subió al carruaje y se fue para Europa.
Por último el señor Laurence pidió si alguien pudiese ir a tocar el piano en su casa y después de echarle mucho valor la pequeña Beth se pidió voluntaria.
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𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐲𝐨𝐮 ··𝐋𝐚𝐮𝐫𝐢𝐞 𝐋𝐚𝐮𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞··
أدب الهواة'Te he amado desde que te conocí y no he podido evitarlo.' Katherine March, llamada Kate por su familia y amigas, es la hermana del medio en una casa de cinco chicas. No es lo suficiente mayor para comportarse como sus hermanas mayores ni lo suficie...