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Dai suspira hondo, peinándose el bigote mientras piensa detenidamente en lo que va a decir.

Lógicamente, su hijo creció. Y aunque quince años no son tantos y a sus ojos Gai todavía es un hermoso bebé, lo cierto es que Gai está en la pubertad y que pronto su hijo comenzará a... tener impulsos instintivos y deseos sexuales.

Claro que eso no significa que Dai apruebe esos actos antes de que tenga los dieciocho años y sea completamente un adulto. Gai es muy inocente para hacerlo justo ahora. Es apenas un niño pequeño que no sabe nada del mundo y al que todavía le falta un largo camino mental y físico por recorrer.

Sin embargo... Gai es humano. Y adolecente. Y pronto tendrá los dieciséis y entonces tal vez comenzará una relación formal con Kakashi y eso significa que Dai ya no podrá seguirlos a todos lados. Eventualmente, sucederá.

Es hora de "La charla".

Sus pulmones se llenan de aire otra vez y finalmente toma el valor de tocar la puerta de la habitación de Gai, sabiendo que Sakumo también hablará con Kakashi en otro momento y que al final del día ninguno está solo en esta situación. ¡Lo mejor es enfrentarlo con seguridad y valentía!

— ¡Pasa, papá! — La voz feliz de Gai suena del otro lado y Dai abre la puerta lentamente, orgulloso cuando ve a su pequeño hijo haciendo flexiones en el suelo, siempre aprovechando el tiempo para hacerse más fuerte que ayer.

— Gai, necesitamos hablar de algo importante — Dai dice y carraspea, evitando los nervios en pos de la seriedad y el bienestar en su futuro.

¡No hay espacio para sentirse tímido cuando la seguridad de su hijo depende de esta conversación! Los jóvenes son impulsivos e imprudentes, y es la responsabilidad de un padre guiarlos y asegurar su bienestar incluso en las situaciones donde no podrán ayudarlos.

Tener una charla sobre sexo con Gai no es diferente a hablarle sobre el ejercicio o la comida saludable. ¡No hay nada de malo con ofrecer los conocimientos útiles a los más jóvenes! Además, está seguro de que entre los nervios y la emoción su hijo no sabrá que hacer y podría herirse o herir a alguien más.

Después de todo, el verdadero daño se hace cuando se priva a un joven de la información que es vital para su desarrollo. La ignorancia y la prohibición a la que muchos padres someten a sus hijos nunca ha sido sinónimo de castidad o de buena conducta, sino de muchas equivocaciones y de muchas lágrimas.

Dai está completamente seguro de que los tabúes son insignificantes cuando su protección física y mental están en juego. ¡La información adecuada y saludable forma adultos adecuados y saludables!

— ¿Algo importante? — Gai jadea y se impulsa del suelo para ponerse de pie, mirando a su papá con emoción porque una charla importante siempre significa algo nuevo que puede aprender. — ¿Acaso es sobre mi grandioso y fenomenal entrenamiento con las puertas internas? ¡Te aseguro que está más que perfecto, papá!

Gai hace una pose, guiñando un ojo y abriendo la boca como si quisiera seguir hablando de las puertas internas y su entrenamiento incansable.

Solo que antes de que diga una palabra Dai niega y cierra la puerta de la habitación, señalando la cama para que se siente.

— Es... algo mucho más importante que eso.

Gai da un par de parpadeos confundidos antes de asentir y sentarse en el borde de la cama, mirando a Dai como si estuviera esperando una mala noticia.

— Tranquilo, de lo que hablaremos es... — Dai vuelve a aclarar su garganta antes de sentarse junto a Gai. — Sobre sexo.

Dai evita sonrojarse por decir esa palabra en voz alta incluso si siente que fue ayer cuando Gai dio sus primeros pasos y cuando estaba tan pequeñito que podía cargarlo con una sola mano mientras corría para hacer sus entregas.

Hasta que cumpla los 16 años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora