4

748 45 11
                                    

POV Vivi

Maite me miraba fijamente con los ojos entrecerrados mientras bebía su latte. Yo me escondía detrás de un vaso gigante de limonada con jengibre.

-Así que tienes una cita... -dijo en tono juguetón.

-No es una cita. Tiene que devolverme una gorra y quizá bebamos algo por cordialidad. Es probable que no volvamos a vernos. Pero... ¿no te parece surrealista que nos hayamos encontrado nuevamente?

-¿Crees que el universo las volvió a unir?
Suspiré.

-No soy cursi, pero siento una conexión especial.

Lanzó una carcajada. -Eso es ser cursi, Viviana. Bufé al sentirme incomprendida.

-Mira, ¿me ves con ganas de enamorarme?

-Nunca hablé de enamoramiento. De hecho, tú lo acabas de mencionar.
Negué rápidamente, pero tenía razón. ¿Por qué me había puesto a la defensiva?

-No perdamos el foco: ¿qué opinas?, ¿debo ir?

Soltó una carcajada y casi expulsó el latte por la nariz.

-Amiga, te mueres de ganas por ir. Da igual mi opinión, irás de todos modos. Parece que te gusta mucho esa gorra -expresó haciendo énfasis en la última oración. La miré de mala manera.

-Te da miedo perderme. Tranquila, hay Viviana soltera pa'rato -manifesté más como un deseo.

-Weona creída, ni que fueras la Young Miko chilena.

No era la primera vez que me flechaba poderosamente por una mujer. Varias veces llegué a pensar que estaba enamorada y, finalmente, resultaba que me equivocaba. Podía quitarme la flecha antes de pasar al siguiente nivel. Es más, cuando éramos adolescentes pensé que me había enamorado de Maite. Hasta nos besamos, pero... no. No sentí nada especial. Luego decidimos quedar como amigas y todo funcionó mejor.
Estaba segura que olvidaría aquello que Cony me hacía sentir y sería un flechazo más que terminó como todos los flechazos que no prosperaron.

Pero quedaba un gran desafío: encontrarme mañana con Cony.

***

POV Cony

Mierda. Le había prometido a Jean Paul que no volvería a pasar y aquí estoy comiéndome, nuevamente, a una alumna de nuestro estudio. Pero... Es que... ¿Cómo podría resistirme a esta mujer?

-¡Ah! -gemí en tono bajo- Espera... -intenté, sin éxito, recobrar la compostura. Ella tenía más fuerza.

-Pensé que querías... -dijo rozando sus labios con los míos.

-¡Obvio que sí! ¡No! Digo...

Se sentó sobre mi cadera y me miró tiernamente. Esa cara me arrancaba un "sí a todo". Le brillaban los ojos, parecían encendidos por la lujuria. De repente recordé sus movimientos, cuando la veía bailar en el estudio. Me mordía el labio con tanta fuerza cuando miraba sus piernas. Deseaba tenerla en mi cama y ahora me sentía culpable por la promesa que le había hecho a Jean Paul. En realidad, él me amenazó y me hizo jurar que no iba a tirarme a nadie más del estudio de ballet porque luego se mezclaban las cosas y perdíamos alumnos por dramas amorosos. Maldito Jean Paul. A la mierda todo. Después de todo, no hay sentimientos involucrados.

-Cony, mírame -Dios. En la luz tenue de mi habitación resaltaban sus ojos estilo anime. Tan angelical y sexy a la vez. Sus labios rosa, carnosos, formaban un puchero. Su piel pálida y sensible delataba con manchones rojos el rastro de mis manos que minutos antes la habían estado acariciando con desesperación.

-Cata... -susurré sentándome y sosteniéndola por la cintura. Sus piernas rodearon la mía y quedamos frente a frente. Puse mi mano sobre su mejilla y se sonrojó. Sentir ese calor me dio cosquillas en el estómago -Cata, te deseo mucho, pero solo quiero sexo, sin compromiso, ¿está bien eso para ti? Nuestra relación en el estudio es algo aparte, seguiré siendo tu profesora y te evaluaré de la misma manera que a los demás -aclaré.

Esbozó su sonrisa perfecta y elevó, con picardía, una ceja.

-Sí, profe. Ahora..., ¿puedo comerte la boca? Ya no me aguanto las ganas.

No le permití terminar la oración y me precipité hacia sus labios. Su lengua era tan dulce y se movía suave como su pirouette. Me mordió delicadamente el labio inferior y me empujó hasta tenderme sobre la cama. Se quitó lentamente la polera y vino, directa, a mi cuello. Sembró tantos besos como lunares tiene mi piel. Mi nuevo problema tenía nombre y apellido: Catalina Salazar.

***

POV Vivi

Lamentablemente tuve que contarle a Fran sobre mi encuentro con Cony para que me brindara la información que necesitaba. Quiero mucho a Francisca, pero también es real que es la cahuinera número uno. Todo el grupo se iba a enterar del chisme. Lo importante es que tenía en mi poder el Instagram de Cony y necesitaba stalkearla para ir preparada a su encuentro.

Apenas entré a su cuenta, me dieron la bienvenida tres publicaciones fijadas donde se la veía vestida con prendas repletas de lentejuelas. Aparentemente alguien le tomaba fotos profesionales mientras bailaba en su pega. Para mi sorpresa, descubrí que daba clases en lo que parecía ser un prestigioso estudio de ballet. En algunas publicaciones recomendaba libros, en otras criticaba obras de arte o mostraba lugares paradisíacos que había visitado. También publicaba sesiones de fotos que realizaba para diferentes marcas de ropa, maquillaje y perfumes.

Constanza Capelli, tú no, tú no vas a romperme el corazón.

***

N/A
#sorrynotsorry por el triángulo, pero a iCata le rezamos. 🛐🙏🏼

LEALTAD ||  Vico  ||  Cony Capelli & Vivi AcevedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora