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POV Vivi

No podía estar más nerviosa. Sentía que me asfixiaba y eso que había elegido un outfit oversize. Quería estar cómoda y terminé acalorándome dentro del taxi. Además, el tráfico era un caos y estaba llegando tarde. Cony ya no estaría esperándome, estaba segura. Ni siquiera había contestado el mensaje que le había enviado pidiendo disculpas por la tardanza. Tenía 1% de posibilidades y 99% de fe que siguiera allí.

Por lo que había visto, la ubicación correspondía a una especie de restaurante italiano vintage. Lo malo es que no tenía hambre, tenía el estómago revuelto. Ni en mi primera cita con la primera chica que me gustó me había sentido así. Si sólo pedía algo para beber quedaría como una avara. Tampoco iba a sincerarme contándole lo que me provocaba verla, pensaría que soy una psicópata que se obsesionó con ella y no era el plan. Tendría que pedir algo liviano y rezar para no tener nauseas. 

Cuando llegué, me encontré con una pizzería de fachada vintage, bastante artística. Arriba, en la entrada, se podía leer "Il Convivio". Afuera había una bicicleta antigua a la que habían convertido en pieza de arte con unas plantas decorándola.

Al lado de la entrada, una fila de mesas ya preparadas esperaban a los comensales

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Al lado de la entrada, una fila de mesas ya preparadas esperaban a los comensales. Allí la vi, estaba sentada de costado a la callecita de aquel barrio de estilo italiano. Con las piernas cruzadas mientras su cabello oscuro caía liso hasta los hombros. Su perfil perfecto apuntaba hacia abajo mientras scrolleaba en alguna red social. En la mesa sólo la acompañaba una copa de vino.  

Sentí que las piernas no me respondían. ¿Qué me estaba ocurriendo? ¿Me estaba dando algo? "Si no muero de un infarto en este momento, seré inmortal", pensé. Todo sucedió en un instante, pero para mí duró horas y, con certeza, mi cabeza repasaría aquel momento, en cámara lenta, durante varios días.

-Cony... -la llamé cuando llegué a la mesa. 

Levantó rápidamente la vista y me buscó. Cuando me reconoció, sonrió.

-¡Hola! Siéntate, si gustas -respondió achinando los ojos. 

-Por fin podemos decir "War is over", ¿no?

El chiste ni siquiera había sido un chiste, pero le hizo gracia y lanzó una carcajada delfinesca. 

Me senté, un poco decepcionada por no haberme animado a saludarla con un beso en la mejilla, pero quizás era mejor no abusar de la confianza. Escaneé sus hombros descubiertos, la piel tersa parecía absorber la luz de todo el lugar. Llevaba un vestido negro, repleto de brillos, escotado. Tan corto que dejaba sus muslos al descubierto. Y unos tacones en combinación con una pequeña cartera negra. Sus accesorios eran plateados, pero discretos. Era una modelo de alta costura, refinada, con aires de realeza.

Todo lo contrario a mí, weon. No había manera en el mundo de cruzar nuestras vidas, salvo algún accidente del destino. Todas las personas que pasaban por ahí se volteaban a mirarla porque resaltaba demasiado. Y yo que creía que eso sólo ocurría en las películas. 

LEALTAD ||  Vico  ||  Cony Capelli & Vivi AcevedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora