Una lágrima muere en mis labios mientras, con los ojos cerrados, sostengo un ramo de amapolas blancas, las favoritas de mi madre, como la nieve que cae a mi alrededor.
Con delicadeza, dejo las flores sobre la tumba. Mi mirada se pierde en el bello paisaje que ha formado la nieve. Aún no proceso todo lo que ha pasado estos últimos días. Frente a mí está la tumba de mi madre, pero aún no acepto que ya no está. Yo lo llamaría etapa de negación.
Pensar en todo lo que me espera por delante me abruma. Ya he sufrido una pérdida enorme, lo último que quiero es volver con él. Él nunca me amó, nunca me quiso. Ni siquiera estaba planeando en el panorama de su vida. Solo un simple accidente, como él lo diría.
No estoy listo para tomar ese vuelo, dejar mi casa, mis amigos, mi hogar en Nueva York para volver a Tailandia. Desearía poder quedarme, pero no tengo opción. No puedo pagarme la escuela ni vivir solo, ya que soy menor de edad. Lo único que me queda es volver.
Sábado, 8:30 am hora neoyorquina, espero en el tranquilo aeropuerto a mi vuelo. Mi pierna intranquila al igual que mis dedos por mis tics nerviosos. Hace años que no veo a mi padre, Artith Satur, un hombre de poder y prestigio que ha dejado a su propio hijo en el olvido. O sea, yo, Jeff Satur.
Después de alrededor de cuarenta minutos de espera, abordo el avión con destino a la bella Tailandia. Pasada la duración del vuelo, llego al aeropuerto de Bangkok ya en domingo en la noche, hora tailandesa. Uno de los hombres de mi padre me recibe, pues claramente él no lo hará.
-Joven Satur, es un placer conocerlo -habla halagadoramente aquel hombre.
-No es necesaria la formalidad -explico algo incómodo.
-Me disculpo, pero me han inculcado dirigirme de esta forma a su familia.
-Okey... te pediré de favor que me llames joven Jeff, suena mejor.
-Como usted prefiera.
-¿Nos vamos? -pregunto, y me guía hasta llegar al auto en el cual me llevarían a mi nuevo hogar.
Después de media hora llegamos a mi nuevo infierno. Me quedo observando la casa que repugna del todo, desde su enorme tamaño hasta su estilo minimalista.
-¿No va a entrar? -pregunta el hombre con una emblemática sonrisa.
-Sí... lo que sea -respondo sin dirigirle la mirada, ya que sigo observando a mi nueva pesadilla.
Camino hacia la entrada con el hombre que lleva mis maletas. Paso a la sala, mi padre se encuentra sentado esperándome mientras lee un libro.Con mis pisadas hago un poco de ruido y de inmediato su mirada se clava en mí, dejando el libro a un lado. Siento escalofríos por todo mi cuerpo.
-Jeff... -me nombra al levantarse rápidamente- Ha pasado un tiempo...
-Sí, uno muy largo- esto se está poniendo incómodo.
-¿Cómo... cómo has estado? -pregunta al acercarse a mí.
-Bien... supongo, voy bien en mis estudios- esta situación no puede ser más incómoda y extraña.
-Me alegro de eso- la mirada de mi padre se dirige a Malee- Malee, deja las maletas en la sala.
-Como diga, señor- responde Malee.
-¿Quién es ella? -pregunto al ver a una mujer bajando por las escaleras.
-Jeff, ella es Hansa... mi esposa.
-¿Esposa? -pregunto agrandando los ojos y frunciendo el ceño por la confusión.
-Y él es...
-Mi hijo- agrega la mujer mientras veo al chico de cabellos negros entrar en la sala.
Doy un paso hacia atrás, pero por mi sorpresa y shock no piso bien. Me sujeto del sofá para no caer.
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Daddy's boy // JeffBarcode (+18)
FanfictionJeff ha pasado la mitad de su vida en la hermosa ciudad de Nueva York junto con su madre. Sin embargo, debido a terribles circunstancias, se ve obligado a regresar a su país natal para vivir con su padre, con quien ha perdido contacto durante años...