Daddy's boy // JeffBarcode (+18)

Capítulo 9

Kai intenta besarme de nuevo después de mirar mis labios por unos segundos. Inmediatamente aparto mi cabeza, con la barbilla sobre el hombro.

-Siento hacer esto en el día de tu cumpleaños...

-Ahora soy yo quien no entiende.

Escuchamos la manija de la puerta y Kai se aparta rápidamente.

-¿Interrumpo? -pregunta Code cerrando la puerta con delicadeza.

-¿Cómo se supone que debo responder a esto? -pienso, sin hacer ningún movimiento ni una palabra.

-Kai -lo nombra al escanearlo de arriba a abajo- Solo venía a avisarte que uno de tus amigos ya está de mala copa.

-¿En serio? -tartamudea al dar una falsa e incómoda sonrisa.

Barcode mira a Kai sin expresión alguna, luego se acerca a mí y me olfatea como un perro. -No creí que te gustara ese tipo de colonias, es... -retrocede un poco- un poco fuerte, ¿no crees, Kai? -pregunta al verlo con una sonrisa y luego vuelve su mirada a mí- Pensé que te gustaban los olores más frescos.

-Ahh... -no sé qué responder, busco ayuda de Kai con mis ojos.

-Creo que debes llevar a Jeff a casa, el alcohol lo está poniendo muy mal -miente Kai.

-¿El alcohol que le pasaste por la boca, debo suponer? Él no ha bebido en toda la noche.

-Solo le estaba enseñando algunas cosas...

-¿De qué tipo, Kai?

-Solo le estaba enseñando a besar.

-Alguien deme un tiro o que la tierra me trague -pienso al tragarme mis palabras.

-Tiene un ligue por ahí, solo lo... aconsejaba -responde más confiado.

-Mmm... ¿Y querías aprender a besar para esa persona? -pregunta alzando las cejas con una media sonrisa.

-No exactamente -recalco al apretar los puños, un ligero rubor cubre mis mejillas.

El volumen de la música baja y escuchamos las voces de los demás discutiendo, el vidrio romperse.

-¿No que virgen?

-Bueno... -recuerdos inundan mi mente.

Miro el objeto en la cama y luego a Nay-Recuérdame por qué estamos haciendo esto.

-Porque queremos que tu primera vez sea buena -responde obvia.

-Sigo sin saber cómo llegamos a esta conversación, se supone que venimos a tu casa para estudiar.

-Relájate un poco, nos quedan tres horas todavía.

-Además, ¿por qué tienes este juguete en tu cuarto, no se supone que eras lesbiana?

Nay aprieta los labios mientras me mira sin responder por varios segundos-Depende el día -responde al tamborilear sus dedos entre sí-Y no es un juguete, más bien, es para practicar.

-No hay diferencia, es un maldito vibrador.

-Que no, idiota -lo toma y procede a encenderlo- esta cosa tiene sensores, funciona como un pene real, y no, no vibra.

-¿Qué? -pregunto a secas.

-Como te dije, su uso es para practicar -dice antes de tomar mi muñeca y entregármelo en la mano.

Después de una compleja e incómoda explicación de cómo funciona esa cosa, seguida de indicaciones de cómo estimular un maldito pene con la boca, comienzo a seguir sus instrucciones en contra de mi voluntad.