Perdón por errores ortográficos.
Perdón por errores ortográficos.
Emily Prentiss.
Las mañanas siempre son tranquilas cuando no hay un caso. Pero está en particular no lo es.
Son las cuatro y treinta am cuando recibo una llamada indicando que tengo que ir a la oficina, que tenemos un caso urgente. Con rapidez salgo de la cama y comienzo a alistarme.
Una hora más tarde estoy en la oficina. Por un momento creo que fui la primera en llegar, pero no es así, todos mis compañeros ya están aquí. Fui la última.
He estado en la UAC durante casi seis meses. Han sido buenos conmigo. Al comienzo tuve una relación laboral difícil con Hotch, dado que creía que mi lugar aquí era producto de los movimientos de mis padres, cosa que no es así, por supuesto. Dios sabe que mi lugar aquí me lo he ganado con el arduo trabajo y sacrificio de fingir ser tantas personas alrededor del mundo para un bien mayor. En la actualidad, se puede decir que gozamos de una buena dinámica.
Por otro lado, los de más han sido geniales. Se han portado increíble y se han adaptado demasiado bien a la Emily que cree para ellos.
En cambio, Gideón ha sido un dolor de cabeza, a veces pienso que él puede ver una pequeña porción de lo que hay a través de mi mirada, que solo demuestra seguridad, bondad y lealtad. Siento que quiere entrar en mi cabeza y ver que esconden mis ojos alegres. Pero no puede, y eso lo fastidia, de ahí su comportamiento hostil conmigo. Es el gran Gideón, más no puede con una agente que viene de un trabajo de escritorio en medio oriente. Eso no lo ha de dejar dormir por las noches. Soy un enigma que no puede resolver.
Camino con la cabeza en alto como siempre, sonrió a mis compañeros al verlos y saludo a todos.
—¡Buenos días! —les digo. Todos responden con excepción de Gideón que como siempre no me responde.
—Empecemos de una vez —habla Gideón. Sorprendiéndome, ya que siempre es JJ quien habla del caso.
—Hace aproximadamente un año trabajamos en un caso en conjunto con la CIA.—Explica y mi atención se vuelve completamente hacia él tras mencionar la agencia.
—Por si no lo recuerdan, fue el caso donde encerramos a Bruno Hawks. —mantengo mi rostro neutral, pero mi mente acaba de explotar al escuchar ese nombre.
—Hace un año, había algo raro en Bruno, tenía demasiada confianza en sí mismo. Él me dijo cuando lo arreste “Eres un tonto si crees que me van a meter en prisión con todo lo que sé”. En mi pensamiento desde el desconocimiento asumí que hablaba por todo el tiempo que estuvo en la CIA.
—Pero dada la información que llego a mí hace unas horas. He descubierto que no se refería solo a su conocimiento de información clasificada producto de casos. Si no, qué hablaba de la existencia de un grupo de espías de alto intelecto que trabajaba o trabajan en la oscuridad.
Morgan suelta una risa que de no saber de qué habla Gideon me hubiera carcajeado con él.
—Gideón no te ofendas, pero esto de lo que hablas suena a una total y absoluta conspiración absurda. Parece película de espía donde exageran demasiado. —se burla mi pareja en el campo.
—Morgan —lo reprende Hotch. Quien no le da a Gideon tiempo para hacerle un comentario mordaz a Derek.
—Este equipo no tiene nombre, pero según mi información son un grupo no registrado de la CIA, no saben como Bruno supo de ellos, porque al parecer solo unas cuantas personas dentro de la agencia tiene acceso a esa información. —él continúa hablando y todos prestan atención. Mi mente va a mil por hora. ¿Cómo logro saber Gideón sobre la existencia del grupo? Yo sabía que Bruno seguiría causando problemas aunque estuviera muerto.