Papá ¿Me seguirías queriendo si..? // Jujutsu Kaisen

1: Tsumiki

(7 meses después)

Mi nombre es Megumi Fushiguro. Vivo felizmente con mi familia, tengo 15 años y medio, y no sé cómo decirle a mi papá que soy Gay.

Bueno, todo comenzó cuando entré a la preparatoria Jujutsu. ¡Jamás en mi vida había asistido a una escuela de hechicería! Tampoco había tenido compañeros atractivos ya que siempre asistí a colegios normales con gente común.

Aparte casi no tenía amigos en la escuela secundaria ya que en los recesos la pasaba con Amanai o con Tsumiki, no tenía tiempo para hacer amigos.

Por primera vez en mi vida, un chico me habló. Su nombre es Itadori Yuuji, es mi compañero de grupo en la escuela de hechicería, es muy lindo y atento conmigo. Aunque toda mi vida tuve atención paterna, por alguna razón me sentía nervioso con el.

Esto hace que llegue a la conclusión de que me gusta. La verdad no me avergüenza mucho, pero decirle a mi familia y hermanas sería un gran problema.

A la primera que pensé en decírselo sería a Tsumiki ya que ha estado conmigo antes que los demás.

Decidí pasar por ella a escuela. Como salía antes de la preparatoria Jujutsu, podía tomarme el tiempo de ir a verla.

— ¡Oh! Megumi, ¿Qué haces aquí? — Tsumiki me abrazó, se veía feliz de que haya ido por ella.

Sus amigas rápidamente se acercaron a mí, diciéndome que Tsumiki siempre hablaba de su hermano pequeño.

Muchas chicas de esa preparatoria de primero fueron a pedirme mi número, si no fuera por Tsumiki, las hubiera tenido que rechazar de una mala manera.

— ¿Qué es tan importante como para que me vengas a buscar? — Preguntó mi hermana.

— ¿Cómo sabes que tenía que decirte algo, Tsumiki?

— Porque te conozco.

Sonrió y me dio un abrazo. Con esto sentí que podía confiar en ella, por lo que decidí prepararme para decirle.

— Es que hay alguien que me gusta.. — Tsumiki me miró y soltó una pequeña risa.

Se veía un poco nerviosa ya que tanto ella como yo jamás habíamos pensado en abrirnos con este tema con alguien.

— ¿Y qué con eso?

— Es un chico.

Me miro. No era una mirada disgustada pero estaba sorprendida. Tomo mi hombro y me dijo que no debía preocuparme, que le alegraba que me abriera con ella y le tuviera la confianza.

— No voy a juzgarte, tranquilízate.

Si, yo estaba demasiado tenso. De la nada comencé a sudar y a temblar un poco, me daba nervios aunque ya sentía alivio de que no reaccionó mal.

Bueno, una menos.. ¿Quien será el siguiente...?