4: Amanai

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A la mañana siguiente no había clases. Iba a ir a casa de Itadori a pasar el rato, por lo que me estaba arreglando más de lo normal, después de todo, vería a sus padres.

— Ay que galán.. — Canturreó mi hermana mayor (la más bruja) entrando a mi habitación.

— Piérdete. — Respondí.

— ¿Megumincito tendrá una cita acaso? Vaya.. seguro que la chica es ciega como para fijarse en alguien tan feo como lo eres tú. — Se rió.

— Pues mira que yo si me como a besos con alguien, no como tú que no se te para ni una mosca muerta. — Me defendí.

— Que ridículo. — Se tiró a mi cama y me miró enfadada. — Creí que eras maricon, ¡No puede ser que tengas novia! —

— Bingo. — La mire y ella se quedó con su cara de boba.

— ¡¿TIENES NO?! — Antes de que pudiera gritar algo me tiré encima de ella y le cubrí la boca.

— ¡Es secreto, Riko! — Dije molesto.

— Mmm.. pues tendrás que pagarme para guardar tu secreto. — Amenazo con malicia.

— Le diré a papá que te sales por las noches de casa. — Amenace.

Bien, ahora estábamos a mano. Me ayudó a acomodarme la camisa y cepilló mi cabello con la excusa de que debía verme presentable, que no me dejaría morir tan fácilmente.

Partí de casa por la mañana sin que nadie se diera cuenta, esto con ayuda de Amanai, quien me cubrió la espalda.

Al llegar a casa de Yuuji el me recibió con un beso que vieron sus padres. Ambos solo sonrieron y me dejaron pasar para que nos conociéramos.

Ese día fue mágico, amé a sus padres y ellos a mí, así como Itadori estuvo más atento conmigo. Me sorprendió que tuviera un hermano llamado Choso, es realmente amigable y se nota que adora a Yuuji.

Una vez que regrese a casa eran como las dos de la madrugada. Le había mandado un mensaje a Amanai de que no se durmiera y me abriera la puerta.

¿Por qué regrese tan tarde? Bueno, solo diré que caminaba un poco chueco.

— ¿Coronaste campeón? — Susurró abriéndome la puerta mientras reía.

— Pues me coronaron.. — Contesté pasando lo más sigilosamente posible.

— Vaya. — Dijo sin más.

Al llegar a mi habitación se coló conmigo y me sorprendió ver un banquete sobre mi cama, habían muchos dulces, entre ellos de mis favoritos.

— Cuéntamelo to-do. — Canturreo mientras se tiraba al suelo y se recostaba en la alfombra.

Si, ese día nos dormimos hasta las cinco de la mañana hablando de cómo me había ido.

Como quiero a esta bruja llamada Riko Amanai.

Papá ¿Me seguirías queriendo si..? // Jujutsu Kaisen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora