𝕿𝖍𝖊 𝕹𝖎𝖌𝖍𝖙𝖒𝖆𝖗𝖊 ♡ ᴿʰᵉᵃ ᴿⁱᵖˡᵉʸ ˣ ᴰᵃᵐⁱᵃⁿ ᴾʳⁱᵉˢᵗ

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 11: 𝓠𝓾𝓮𝓫𝓻𝓪𝓭𝓸

-¿Entonces todo fueron mentiras? -Su voz era un susurro mientras se alejaba en camino a la salida del edifico

Su mente en un bucle donde las palabras de Damian la estaban golpeando con fuerza mientras se iba quebrando poco a poco.

¿Cómo podía él? ¿Cómo sería capaz de jugar con sus sentimientos y hacerle creer que la amaba? ¿Cómo, cuando ella estaba dispuesta a lanzarse el mundo encima para estar con él?

Sus mejillas estaban empapada y su rimel se había corrido hace rato de tanto llorar.

-Hola, Rhea -Rufus el vigilante de la entrada la saluda cuando llega a la puerta- ¿Dónde están tus chicos? -El anciano observa el pasillo extrañado de ver a la niña sola- Siempre están a tu alrededor malcriandote

El hombre no notó el estado de la pesadilla, mucho menos estaba enterado de todo lo que había pasado dentro de la arena.

-Hoy no están, Rufus, ya no están más... -Ella susurra y sale del edificio sin importarle la lluvia leve que estaba cayendo

La noche está helada, una parte de ella le gritó que no sabía que hacer ahora.

Estaba sola.

Ya no había Judgment Day.

Ya no había familia.

Ya no estaba Finn.

Ya no estaba Dom Dom.

Ya no estaba Damian...

Su reflexión se vió interrumpida al chocar contra alguien, perdió el equilibrio y lo único que impidió que se estrellara en el asfalto mojado fue una mano fuerte que la sujetó del brazo.

Alzó la vista para toparse con Jey Uso.

-Hola, Bonita -Su voz es ligera y amable para ella, como siempre- tú... -La sonrisa de Jey se desvance en el momento que observa su rostro- ¿Estás bien?

No, todo se fue a la mierda

No pudo responderle. Sabía que si abría la boca sólo soltarla llanto y tristeza.

Ella no quería que Jey la viera derrumbarse. El hombre se preocupó aún más.

Si conocía en esta vida a una mujer fuerte y obstinada esa era Rhea Ripley. Y Rhea era vida, fuego y tormenta, poderosa y bella como una diosa de la guerra. No podía ser ésta triste criatura que se topó temblando bajo la lluvia.

Ni siquiera había tenido tiempo de pisar la arena ese día, Román lo había mantenido alejado con algunos asuntos internos. Pero bastó mirar su celular para enterarse de lo que había pasado durante la promo del Día del Juicio. La interrupción del campeón pesado y la revelación del engaño hacia Dominik Mysterio.

Aún así él no confiaba en los sitios web de chismes. No sabía que tanto de eso era verdad y que tanto era exageración. Sólo sabía que Rhea estaba ahí frente a él con el semblante de alguien que acaba de perderlo todo.

Jey quería abrazarla y no dejar que nadie más le hiciera daño nunca.

Oh, y él quería matar a quien fuera que la había hecho llorar.

-Señorita... -Jey la toma de los hombros y la observa con ojos amables- ¿Necesitas que golpee a alguien? ¿O quieres que te lleve a casa?

Rhea lo mira a los ojos por primera vez, y Jey puede ver tanto dolor en sus orbes celestes que su corazón se rompe.

La ve limpiarse las lágrimas y pensar un momento.

-Yo... oh Díos -Un sollozo sale de su pecho cuando se da cuenta que ni siquiera puede irse a casa... Porque esa ya no es su casa, no con Dominik odiandola... mucho menos con Damian serca