siete

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Sunoo ama a Sunghoon. Es lo que se supone que debe hacer, y en el fondo sabe que si Sunghoon lo permite, podrían estar enamorados y hacerse felices el uno al otro. Están camino a enamorarse, de ser felices juntos, de ser la pareja que sus familias siempre pretendían que fueran.

Y ahora que lo están intentando, duele recordar lo bien que pueden amarse el uno al otro. Lo fácil es enamorarse de Sunghoon, enamorarse de su sonrisa y de todo lo relacionado con él. Sentirse mareado por las flores que le da o por lo cálido que se siente su pecho cuando llega a casa a cenar, todo le resulta muy natural.

Duele, porque es muy frágil y se lo quitan fácilmente. Todo lo que se necesita es que Jake entre, vestido con sus jeans casuales y una camiseta, haciendo una excelente monstruosidad entre la elegante multitud del salón de baile.

Sunoo lo ve suceder como si estuviera viendo un accidente automovilístico en cámara lenta. No hay nada que pueda hacer para detenerlo, y es tan catastrófico, tan dramático que no puede apartar la mirada. Nadie puede hacerlo, porque Jake se destaca tanto que capta la atención de toda la audiencia.

Sunoo es igual de malo, mirando con la boca abierta mientras el horror se hunde en su pecho. Siente que todo se derrumba, todo lo que él y Sunghoon han construido juntos, la forma en que se han conocido, la forma en la que se están enamorando lentamente el uno del otro. Estaba sanando y últimamente se sentía mucho mejor. Como una especie de destino retorcido, ahora tiene que ver cómo se desmorona todo.

Ahora Jake está de regreso para verter sal en sus heridas.

Sunghoon está conversando con un familiar, por lo que es el deber de Sunoo encargarse de Jake, lo lleva a uno de los pasillos del personal donde nadie pueda verlos y hacerlo de la manera más discreta posible.

—¿Qué haces aquí?— Sunoo pregunta, pero teme ya saber la respuesta, así que no espera una. —No puedes estar aquí. La familia de Sunghoon está aquí, mi familia está aquí, si te ven... —

—Solo quería verlo— admite Jake, tranquilo y derrotado. Hay algo tan desesperado en sus ojos que de alguna manera gana sobre el dolor de Sunoo. —No ha devuelto mis llamadas últimamente. No soy bienvenido en la oficina y la seguridad de su edificio no me deja entrar—.

—¿Vienes a nuestro apartamento?— pregunta Sunoo, con los ojos muy abiertos mientras lo mira con algo parecido a disgusto.

—Lo intenté- admite Jake. —No pido mucho, solo hablar con él una vez más—.

Sunoo mira a Jake, ve su mirada derrotada y la forma en la que sus hombros caen mientras Sunoo aparentemente lo sostiene a punta de pistola. Luego piensa en Sunghoon, en cómo ha mantenido a Jake fuera de su vida durante los últimos meses y cómo las cosas han ido mejorando entre ambos en un período de tiempo inquietantemente coincidente.

No es justo. No para Sunoo, ni para Jake. Pero tampoco para Sunghoon.

Por mucho que le duele pensar en ello, también afecta a Sunghoon. Sunghoon, quien se vio obligado a terminar con Jake cuando sus padres anunciaron su matrimonio. Él no llegó a este matrimonio con borrón y cuenta nueva, no como Sunoo, no con los mismos sueños ingenuos pero esperanzados. Cuando le dijo que sí a Sunoo, no lo hizo con la esperanza tácita de encontrar el amor. Sunghoon ya había encontrado el amor antes de conocerlo.

No conoce la historia completa de Jake y Sunghoon, pero no es tan difícil de entender. Sunghoon se enamoró de alguien que sus padres no aprobaban, lo que significaba que no había futuro para ellos. Y aún así Sunghoon luchó por esa persona. Así que debe haber algo realmente especial en Jake, o entre ellos.

La sonrisa que Sunoo a veces logra poner en el rostro de Sunghoon es algo que Jake hace sin esfuerzo. ¿Y quién es Sunoo para quitarle eso?

A medida que las piezas del rompecabezas del año pasado comienzan a caer juntas en la cabeza de Sunoo, todo lo demás se desmorona para él.

feel something ⸙ sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora