Capítulo 2: Un nuevo lugar al cual llamar hogar

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"..." Hablando

/////Cambio de escenas\\\\\

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Shakti, Ardi y Bell ya habían pasado por varias familias, pero todas lo habían rechazado. Cada intento resultaba en una nueva decepción para el niño, a quien consideraban demasiado débil para soportar los rigores de la vida de aventurero.

Sorprendentemente, incluso algunos dioses más amables lo habían rechazado, incapaces de enviar a un niño pequeño al calabozo con la conciencia tranquila. Su apariencia frágil y su corta edad despertaban compasión, pero también dudas.

Estaban en un aprieto hasta que Ardi sugirió lo impensable.

"¿Por qué no intentamos con la familia Astrea?"

Shakti frunció el ceño, visiblemente preocupada. "Pero no aceptan hombres en su familia."

Ardi la miró con determinación. "Bell no es un hombre aún, y estoy segura de que a ella no le importaría un niño como él."

Bell, con el ceño fruncido y los ojos llenos de resolución, hizo un puchero. No le gustaba que lo llamaran pequeño. "¡Oye, te haré saber que tengo nueve años, así que no soy tan pequeño!"

Ardi tuvo que controlarse para no deshonrarse riendo ante la adorable protesta del niño. La fuerza de voluntad en sus ojos le dio una esperanza renovada.

"S-Sí, bueno, al menos podemos intentarlo," dijo Ardi, tratando de no reírse.

Shakti asintió lentamente. "Espero que puedas manejar esto desde aquí, necesito volver a mis deberes."

"Está bien entonces," respondió Ardi con una sonrisa, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros.

Después de despedirse de su hermana, Ardi llevó a Bell al Jardín Polvo de Estrellas, la base de la familia Astrea. Al llegar a las imponentes puertas, vieron a una chica lobo de piel bronceada de pie allí, vigilando con atención. Ardi la llamó con una mezcla de familiaridad y respeto.

"¡Hola, Néze!"

La joven lobo giró la cabeza, sus ojos brillando con reconocimiento. "Ardi, hola. Es bueno verte. ¿Quién es este chico?" preguntó Neze, su curiosidad evidente.

Miró a Bell, quien con una mezcla de nerviosismo y orgullo, se presentó. "Hola, señorita, ¡mi nombre es Bell!" dijo haciendo una reverencia, tratando de impresionar.

"Aww, es adorable. ¿Por qué lo trajiste aquí? ¿Estás cuidando niños?" preguntó Neze con una sonrisa juguetona.

"En realidad, vine a ver si la Diosa Astrea le permitiría unirse a tu familia," explicó Ardi, con un tono de esperanza.

La mujer lobo la miró con ojos muy abiertos. Ignorando el hecho de que Bell era un niño, también parecía muy pequeño. El niño parecía tener unos ocho o diez años. La idea de que él se convirtiera en un aventurero la desconcertaba.

"¿Él? Pero parece que sólo tiene siete años," dijo Neze, escéptica.

"Tengo nueve años," corrigió Bell con firmeza, inflando el pecho.

"Es demasiado joven para esto," murmuró Neze, aún incrédula.

"Por favor, está más que preparado. Supongo que habrás oído lo que pasó con El Rey," insistió Ardi, su voz cargada de sinceridad.

"Sí, es increíble. Algún niño al azar luchó contra él. Espera... ahora que lo mencionas, se parece un poco a lo que dice la gente. Ojos rojos, cabello blanco... ¡ESPERA! ¿ES ÉL EL NIÑO QUE LUCHÓ CON OTTAR?" exclamó Neze, su sorpresa evidente.

El sucesor del talentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora