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{Suceso pasado:

El sonido de vidrios cayendo y otros siendo quebrados hacía eco en toda la habitación que llegaban a ser escuchados fuera de ella a pesar de estar la puerta cerrada.

Varios soldados por miedo actuaban como si no hubiesen escuchado nada mientras quienes eran más cercanos a Lisa, mejor conocida como Mona Lisa en aquella base militar, intentaban abrir la puerta de su oficina ante los ya apagados gritos de un soldado que hace cinco minutos había mandado a llamar.

Una soldada en particular hizo presencia en aquel ruidoso lugar, sus largos cabellos estaban revueltos, su frente estaba bañada en sudor y su respiración entre cortada.

Pateo la chapa de aquella enorme puerta, tumbándola con éxito y así entrando para poder quitar a la mujer de origen japones, ésta ahorcaba con descaro a la china quien sangraba de un ojo, un lado de su cabeza y parecía haber perdido la conciencia.

-¡¿Qué diablos te pasa?! - habló con notable enojo la coreana la japonesa quien solo miraba con seriedad en su rostro e ira en sus ojos a la chica que ahora dahyun sostenía en sus manos tratando de despertarla -¡Maldición, no se queden viendo, ayúdenme a llevarla a enfermería!

Esta vez se refería a los soldados que solo permanecían parados en la puerta, en sus rostros se veía el temor de entrar a la oficina de la Mona Lisa, a pesar de ser ésta de menor edad a la de ellos, estaba muy bien entrenada y ejercitada, era de pensarse si querías pleitos con ella, cosa que no era recomendable.

Un hombre de cabellos negros y piel morena dio el primer paso, decidido y con prisa para darle auxilio a Momo, seguido se acercaron más al ver que Lisa solo permanecía parada mirando a un punto fijo de la habitación y no decía nada.

Todos los soldados iban fuera de la oficina, uno de ellos emparejo la puerta pues ya no trababa por la falta de la chapa

que Yuqi había destruido...}

El paso de los días para Jennie eran meses, se le complicaba dormir, sentía que en cualquier momento de la noche la tailandesa entraría y le volvería a hacer daño.

Jisoo comenzaba a notar aquel cambio de Jennie, desde la mañana siguiente a la visita a la casa de la abuela de Rosé.

Todos parecían estar normales menos ella pues desde el desayuno hasta la cena la coreana solo pellizcaba un poco de comida que la castaña le ofrecía y si se llegaba a hacer algo de comida llegaba a ser muy poca.

Su actitud había dado un giro muy repentino y notorio, totalmente diferente a lo que solía ser. Se comportaba demasiado nervioso, más en presencia de Lisa, cosa que era extraña, utilizaba sudaderas de cuello de tortuga, a pesar del inmenso calor que había en Seul o bien algo que cubriera su cuello.

Parecía no estar presente en las pláticas entre las cuatro amigas, su mirada siempre estaba perdida así como, probablemente, sus pensamientos.

La castaña preocupada aprovechó que habían ido Rosé junto con Lisa a realizar las compras, debía saber qué sucedía con su amiga, ella no solía cambiar de forma repentina sin motivo alguno.

Subió hasta la habitación de Jennie, decidió entrar sin tocar la puerta encontrándose a Jennie de rodillas en el suelo mientras lloraba en silencio pero de manera desesperada, Jisoo temerosa a que estuviera sufriendo uno de sus antiguos ataques de ansiedad se acercó de manera rápida e intentó levantar su mirada hacía ella.

-¡¿Jennie, qué ocurre?!

La mencionada se asustó de momento tirándose bruscamente hacia atrás mientras comenzaba a temblar, aquella reacción sorprendió y asusto aún más a la castaña, jamás la había visto de esa manera en sus siete años de amistad.

-¿Jisoo?- la coreana se limpió enseguida las lágrimas con las mangas de su sudadera negra al notar que era la amante a Hello kitty quien estaba ahí.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué llorabas así?

Los nervios en jennie se hicieron presente fugazmente, el hecho de recordar el por qué lloraba no eran la única razón pues quería decir lo que la tailandesa se había atrevido a hacerle, sin embargo, también venía a su mente la amenaza que ésta le había dado, sabía que portaba armas y si le había hecho algo tan cruel no esperaba algo peor para sus amigos.

-Y-yo es-estoy bien, n-no es n-nada- el tartamudeo de la castaña rojiza no convenció en absoluto a Jisoo, definitivamente le ocultaba. algo pues había notado el nerviosismo en ella.

jennie por su parte se levantó rápidamente y salió de la habitación antes de que la castaña comenzara a cuestionarla, cosa que era muy segura, mientras tanto la chica dibujante quedo inclinado en el suelo mirando hacia la entrada de la habitación de la castaña rojiza por donde segundos antes había salido casi huyendo.

Pesadilla. (Linnie G¡P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora