Desde hace más de 100 años el mundo se enfrenta a la guerra entre las dos casas reales de Slewodat y Petterlew, el inicio de esta guerra fue ganar el territorio no conquistado al sur del mundo, con el paso del tiempo, ese territorio tuvo como dueños a estas dos casas, pero nunca se quedaban con una ya que la otra atacaba sin dudar. Una antigua profecía ya había predicho todo esto, desde la guerra hasta la forma e solucionarla, no obstante, nadie quería cumplirlo.
"Cuando aquel hijo de Slewodat se junte con el de Petterlew, la guerra dará fin y comenzará la época dorada de la nueva dinastía que surgirá"
Era imposible que esa profecía fuera cierta, a parte, en los 100 años que había durado el conflicto no habían nacido mujeres en ninguna de las dos casas, entonces era casi imposible cumplirlo si no había una mujer para casarse con un varón.
Eso hasta que el príncipe Kang SeongHan ascendió al trono hace años y decidió seguir con la profecía, lo único que quería era tener paz en su reino, quería devolverle a sus súbditos esa paz y tranquilidad con la que hace muchos ayeres contaban.
— Padre, esto es imposible. — El heredero al reino de Slewodat, Kang Taehyun, se encontraba en el despacho de su amado padre, viendo incrédulo lo que la profecía decía y el hecho que su inteligente padre se creyera eso. — No hay mujeres en la dinastía Choi, ni siquiera primas lejanas, solo hombres y el único que no me lleva por 10 años es el príncipe Choi BeomGyu, el último hijo del rey Choi Joong Young.
Kang Taehyun, hijo único del rey SeongHan, y por lo tanto, un niño que desde siempre había sido mimado y siempre se le había concedido todo en esta vida, era un hombre atractivo, desbordaba belleza por donde se le viera que era algo característico de la realeza, su inteligencia era bastante, podía hablar varios idiomas y era conocido por ser justo en sus decisiones, por lo que muchos creían que él acabaría con la guerra una vez ascienda al trono.
— Bueno, entonces será con Choi BeomGyu. — Anunció el rey, quien regresó su vista al pergamino que decía la profecía para analizarlo más detalladamente mientras su hijo sentía que su mundo se iba abajo. — Aquel hijo de Slewodat se junte con el de Petterlew. — Murmuró, al alzar su vista se encontró con Taehyun, quien tenía el ceño fruncido. — No menciona a una hija de Petterlew o de Slewodat, solo a hijos, por lo cual, la profecía dice que debes casarte con un hombre.
— Con todo respeto, padre, no creo que esta profecía sea cierta. — Taehyun veía con furia a su padre, sentía como su mundo se iba abajo pero sabía que si lo demostraba, su padre lo castigaría.
No eran muy diferentes, Taehyun y SeongHan tenían el cabello rubio, unos ojos gatunos y blanca piel de porcelana, al mismo tiempo, también se parecía a su madre con esa mirada tan imponente a diferencia de la de su padre y con su temperamento menos calmado.
— Bueno, cierta o no, quiero que esta guerra se acabe y no perdemos nada con intentarlo. — Sentenció. — Te casarás con Choi BeomGyu.
— ¿No perdemos nada con intentarlo?, usted no pierde nada porque yo lo pierdo todo.
— Deja de contradecirme y sigue con tus deberes, mañana en la mañana llegará el príncipe Choi BeomGyu y espero que lo recibas de la mejor forma.
— Esta siendo usted muy injusto. — Murmuró el rubio antes de darse la vuelta para salir del despacho de su padre.
El joven príncipe se dirigió a sus aposentos y cerró la puerta con cuidado, fue directo a su cama y se sentó ahí mientras miraba por su habitación, era bastante grande, las paredes pintadas de color azul cielo, el piso de madera con un color agradable y los zócalos estaban pintados de color blanco. Se resignó a hacer caso a lo que su padre dictaba, nunca le llevaba la contraría y siempre fue un buen hijo, un digno heredero al trono.
Su padre no era autoritario con él, al contrario, era un buen hombre, lo consentía en todo y le daba lo que pedía, siempre lo ayudó en lo que podía, no obstante, él siempre supo que lo primero para su progenitor era su país y que él haría todo lo posible para terminar con esa guerra.
El sonido de la puerta siendo abierta hizo que levantase su vista para poder encontrarse con la mirada dulce y cálida de su madre, la reina de Slewodat, una hermosa mujer, comprometida y leal a su marido, la mejor reina que los súbditos podían pedir.
— Cariño mío, me he enterado de lo que tu padre te dijo. — La reina se acercó hasta su hijo, al cual seguía viendo como su bebé, y dejó un beso en su cabellera dulcemente. — Todo estará bien, ¿Sí?, te lo prometo.
— Esto es injusto, madre. — El rubio cerró los ojos y se acomodó con su mamá, ya no era un niño y eso era claro, pero aún no era el momento de casarse, con tan solo 20 años a penas sentía que descubría el mundo y al mismo tiempo se lo arrebataban.
...
El clima de Slewodat era frío, había viento y el día era nublado, para Choi Beomgyu era el día perfecto para estar en su cama y no hacer nada, al ser el último hijo del rey de Petterlew, no tenía las mismas obligaciones que sus hermanos, vivía como un miembro de la realeza de bajo perfil, aunque volvía locas a las muchachitas del reino por su belleza.
Él ya se había resignado a que se casaría con el príncipe de Slewodat, no refutó y tampoco tuvo tiempo de deprimirse, ya que ahora se encontraba bajando del avión real mientras saludaba a la prensa con una sonrisa, tenía cuidado al bajar para no tropezar y una vez abajo, se subió al coche que lo llevaría al palacio.
Incluso en el carro saludaba a las cámaras y a la gente que se encontraba ahí, tiempo después pudo divisar la imponente entrada al palacio de Hunter, la residencia oficial de la familia real de Slewodat, los nervios empezaron a ganarle pero sabía que debía mantenerse tranquilo para conocer al que sería su futuro marido.
Y ahí fue cuando lo vio, parado frente a la entrada del castillo, con los sirvientes reales a sus costados, él destacaba entre todos con su cabello rubio, su porte tan representativo, vestía un hermoso traje de color gris con camisa blanca y una corbata negra, Beomgyu podía calcular que él era más alto por unos centímetros que el príncipe heredero, sus nervios regresaron conforme más cerca estaba de la entrada.
Hasta que aquel momento que más temía llegó, el carro se detuvo justo frente a la puerta del palacio, uno de los sirviente iba a abrir la puerta, no obstante, el rubio se adelantó y él mismo la abrió para después ofrecerle su mano al castaño, quien la tomó para salir del carro.
— Príncipe Choi BeomGyu de Petterlew, es un gusto conocerlo, soy Kang Taehyun. — Dicho esto, el corazón de Beomgyu se detuvo cuando vio como este besó su mano con suma delicadeza y luego le mostró una sonrisa.
Mi papá dijo que los de Slewodat eran horribles, pero él es todo lo contrario a eso...
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Amor arreglado - Taegyu
FanfictionKang Taehyun es el único hijo del rey de Slewodat, mientras que Choi Beomgyu es el último hijo del rey de Petterlew, ambas familias han estado en guerra durante años, pero una antigua profecía es lo único que los puede salvar. - Taegyu