CAPITULO 1

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Habían perdido a uno de ellos, su poder había fallado y habían perdido a Hyunjin. Jisung debió haberlo previsto, les había fallado a todos.

En cuanto Hyunjin había cerrado el portal tras él, los demonios y los ataques habían desaparecido al instante. Ninguno tenía idea de cómo había logrado usar su poder de esa forma, cruzar un portal y cerrarlo requería de mucho poder, no sabían cómo había hecho Hyunjin para adquirir tanta fuerza.

Habían regresado a su hogar después de los acontecimientos, la casa que habían construido ellos mismos cuando llegaron a Jisen.

Felix se había dejado caer sobre la silla de la sala con el rostro pálido, sin expresión y las lágrimas secas marcadas después de tanto llorar. Apenas habían podido calmarlo después de que el sol se pusiera sobre el horizonte, desapareciendo la oscuridad de la noche.

Changbin y Jeongin fueron al sofá mientras Seungmin se iba directo a la cocina. Jisung permanecía de pie tratando de pensar con claridad, necesitaba un plan, debía haber una manera de regresar a Hyunjin, tenían que traerlo de vuelta. Minho y Chan lo observaban a la expectativa, conociendo perfectamente al menor como para saber qué lo único que hacía la mente de Jisung era traer a Hyunjin sin importar qué.

La realidad era que Hyunjin se había ido. No había forma de llevarlos a donde él porque portales como esos a dimensiones infernales sólo tenían un pase de entrada sin salida.

–¡Ya sé! –hablo en voz alta y un dedo en señal de que había pensado en algo.–Chan, el arma dijiste que podía detenerlo porque absorbería su fuerza y su energía es demoníaca, si usan ese poder podríamos buscar abrir el portal –explicó imperativamente señalando a Chan, este lo miro con el ceño fruncido.

–Jisung, el arma falló. No hay energía demoníaca porque no le hizo nada –dijo con el cansancio marcado en su voz.

–Lo sé pero podemos encontrar a otro demonio y usar esa energía...

–Eso podría ser peligroso y mandar a la mierda todo lo que hizo, Hyunjin –le respondió Changbin cortante sin mirarlo.

Seungmin en ese momento entró a la sala con ocho tazas en una bandeja para cada uno. Puso dos en la mesa de la sala frente al sofá y se llevó el resto con el para entregar a los mayores. No fue hasta que vio la única taza que sobraba que se dio cuenta de su error.

–Seungmin –lo llamó Chan, quien se había quedado viendo a Seungmin. El castaño reaccionó y se llevó la taza, entrando a la cocina de nuevo con una expresión que inquietó a varios de los chicos. Jeongin y Chan se dieron una mirada.

En ese momento el mayor se puso de pie para ir tras Seungmin a la cocina para verificar que estuviera bien.

–Bueno entonces podemos... –siguió Jisung sin querer realmente dejar el tema.

–Jisung –intentó Minho hacer que se callara, pues había vitoreado unas dos ideas imposibles que solo les hacía ver que Hyunjin no tenía posibilidades de regresar.

–No, escucha, tenemos que hacer algo.

–¡Ya basta! ¿Qué no entiendes? ¿qué vamos hacer? No tenemos idea de dimensiones demoníacas y ni siquiera sabemos cuánto tiempo Hyunjin sobrevivirá estando ahi. El se fue... –se quebró Felix en la última parte. El dolor en sus expresiones era arrasador, Hyunjin su alma gemela, su persona, el dolor que sentía al saberlo sufriendo y la incertidumbre de ver qué lo había perdido para siempre.

–Felix, debe de haber una forma...no planeo dejarlo atrás. Tenemos que hacer algo –determinó Jisung a pesar de que Minho le apretó la mano para que entendiera y se detuviera. –El... su familia... debe haber una manera...

Pray: Llévame de vuelta a tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora