8.- Al descubierto

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Shin estaba totalmente avergonzada al haberse ido así tan de repente “No debí habérselo preguntado” se repetía mentalmente Shin. El menor estaba en su habitación, mirando al techo de la habitación. Cuando alguien toco la puerta, al abrir vio que era el viejo Ro.

—Antepasado ¿Sucede algo?–preguntó confundido.

—Acompañame–pidió y Shin salió detrás de el cerrando la puerta

Ambos caminaban por los pasillo del templo; el antepasado estaba a unos metros adelante de Shin y el menor iba a su atrás, el menor notó que el antepasado estaba preocupado y serio. Algo sucedía y no sería nada bueno pensaba el menor.

—Antepasado ¿Qué sucede?–volvio a preguntar el menor, el antepasado se detuvo y volteó a verlo seriamente.

—¿Qué fue lo que hiciste ahora muchacho?–le preguntó el antepasado, eso confundió al menor.

—No hice nada antepasado–respondió.

—Sera mejor apurarnos el gran sacerdote nos espera–diría volviendo a caminar.

—El gran sacerdote??–repitió sorprendido.

—Así es y no puedo decirte más porque tampoco sé el motivo de que halla venido, además de pedir que tu estés ahí.

Shin siguió al antepasado supremo, mientras caminaba no podía evitar sentir un mal presentimiento pero decidió no darle importancia, aunque aún así sentía que tenia algo que ver con esto. A unos metros de ellos vio a Daishinkan.

—¿Dónde esta Kivito?–preguntó el menor no viendo al mencionado.

—Lo mande a preparar té, esta situación lo merita–le respondió cuando estaban por llegar.

—Ya veo...

—Gran sacerdote es un honor tenerlo aquí–le dijo el antepasado en una leve reverencia.

—Joven Shin deseo hablar a solas con usted si es posible–Dijo.

—Los dejo solo–dijo el antepasado supremo y vio a Kivito venir con una carretilla donde encima estaba el té en una teterita y unos dos tazas, le dijo que dejara en la mesa que estaba a lado de Daishinkan y Shin y que lo acompañé, el entendió y luego se marchó junto al antepasado dejándolos solos.

—Antes de empezar podría ser tan amable de servirme un poco de té–pidió y Shin asintió mientras Daishinkan tomaba asiento en la silla, al terminar el menor también imitó la misma acción–No tomara el té conmigo.

—Muchas gracias pero no lo veo conveniente, si me disculpa así estoy bien–Dijo.

—Entiendo, bueno joven Shin tal vez mi visita como la anterior vine sin avisarle y me disculpó aunque en esta situación es muy diferente.

—¿Puedo preguntarle por qué es diferente?

—Sabe la nueva ley que se ha impuestos ¿No es verdad?

—Si

—Bien, ya que usted lo sabe también recordara que anteriormente vine para precisamente preguntarle de quien Whis ha tenido sentimiento y usted dijo no saber nada–se detuvo para tomar un poco del té, Shin estaba confundido con lo que dijo.

—Y es verdad gran sacerdote, no sabía nada acerca de ese tema–diria.

—Lo sé, y lo deje pasar pero esta ves al enterarme de que me mintió respecto a eso no puedo pasarlo–señaló y Shin lo miró nuevamente confundido.

—No recibirá ninguna sanción pero le pediría que por favor se mantenga alejado de Whis. Si usted no lo sabe él tiene sentimientos por usted algo que no debe ser correcto en él–dijo dejando en Shock a Shin.

Shin no sabía que decir, no se esperó que Daishinkan le dijera eso. Whis sentía esos sentimientos por él ¿Cómo?. En ese momento recordó algunos momentos donde interactuó con Whis hasta llegar a la invitación que este le propuso y las palabras que le dijo eran evidente, como no pudo notarlo.

—Puedo notar que usted tampoco sabía a cerca de los sentimientos que mi hijo Whis sentía por usted.

—Lo que acaba de decirme si me sorprendió gran sacerdote.

—Puedo notarlo en su rostro joven Shin podría servirme un poco más de té–el menor obedeció–Ahora yo le preguntó a usted ¿También siente esos sentimientos por Whis?.

—Usted dijo que el amor entre los dioses esta prohibido–señaló sirviendo el té en la taza de Daishinkan.

—Me alegra que lo recuede, pero no respondió a mi pregunta joven Shin ¿También siente algo por Whis más que laboral?.

Él menor no respondió, se quedo pensado en lo que dijo y sin notar había servido más de té que mojo la mesa, apenas pudo darse cuenta cuando Daishinkan le señaló lo que había hecho y disculpándose limpio el desastre.

—Entonces joven Shin cual es su respuesta–volvió a mencionar pero no como pregunta y mirando atrás de Shin a una persona que recientemente había venido.

—No gran sacerdote–dijo y la persona que estaba a unos cuantos metros de ellos detuvo su caminar–no siento nada de esos sentimientos por whis más que no sean de laboral.

—Es bueno escuchar su respuesta y saber que usted halla respetado la ley impuesta–Aunque eso no evita que tanto mi hijo y Bills reciban un castigo por quebrantar esa ley–dijo sorprendiendo a Shin–No es verdad Whis.

Whis había llegado hasta ellos, y Shin no sabia que hacer más que mirar al suelo.

—Joven Shin usted no sabía que tanto mi hijo como Bills tenían esos sentimientos como los humanos lo llaman “Amor” por usted–dijo y Shin levantó la mirada para ver a Whis que lo miraba con una leve tristeza en sus ojos y disculpándose salio corriendo del lugar dejándolos solos–No me esperaba esa reacciona del joven Shin...

—¿Por qué lo hicistes padre?–preguntó sin verlo ya que su mirada estaba donde Shin se había ido–Qué ibas a lograr con todo esto–le dijo girándose a verlo con un leve enojo–DIME PADRE!!! QUÉ QUERIAS LOGRAR!!

El grito de Whis sorprendió a Daishinkan, no se esperó que su propio hijo se atreviera a gritarle.

—Lo hago por tu bien Whis, no quería llegar hasta este extremo pero no había otra opción, además él joven Shin dijo que no sentía nada por ti–señaló levantándose de la silla–Esa respuesta debe ser suficiente para dejarte en claro que tú eres el único que sentía eso no él.

Daishinkan se fue así nada más, y Whis simplemente dejo escapar un par de lágrimas y luego también se fue. Todo esa escena fue visto por el antepasado supremo y kivito que estaban escondidos detrás de una de las columnas del templo. Whis por otro lado había llegado el palacio de Bills y cuando vio al dios gato lo abrazo llorando aún más.

—Mi padre lo logro señor Bills–Dijo mirando a Bills que lo trataba de consolar.

—Whis...

—Todo se acabó señor Bills.....todo se acabó.

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