Sería una mentira decir que nunca más volvió a abrir aquel cuaderno, porque leer lo que había escrito cuando era más joven le resultaba de lo más entretenido. Encontró tantas cosas que había olvidado y que lograban hacerle soltar algunas risas en el silencio de su hogar. Se había dado cuenta de que no había cambiado tanto como creía, seguía manteniendo algunas visiones sobre la vida que tenía a los 17.
Le hacía feliz saber que esa Minjeong logró conseguir algunas de las cosas que deseaba. Pudo estudiar, pudo graduarse y trabajar de lo que le gustaba. Su sueño aún no se había vuelto realidad, pero seguía trabajando en ello a diario.
En ese preciso momento de su vida, trabajaba siendo periodista en la Major League Soccer de Estados Unidos. No era una liga muy competitiva pero le ayudaba a pagar sus deudas y mantenerse en el día a día, y bastante bien. Gracias a su trabajo, había tenido oportunidad de conocer a jugadores muy buenos pero siempre prefirió quedarse al molde, sin acercarse demasiado. Ser amiga de un deportista, más siendo aquel deportista de género masculino podía causar revuelo en el mundo de los famosos. Y Minjeong siempre prefirió mantener el perfil bajo.
Se recostó en el sofá una vez terminó una de sus tareas. Siempre había preferido quitarse las responsabilidades de encima y luego ponerse a disfrutar.
Abrió el diario en una página random, topándose con una que tenía un sticker de un oso pegado. Sonrió con nostalgia mientras pasó la yema de su dedo por encima de la superficie, casi pareciendo que temía romperlo. Suspiró, aún con una sonrisa plantada en su rostro, lamentablemente, ya sabía lo que seguía después de eso.
— Ah... esto me va a doler.
* . ⠀⭒ ﹢ ˖ ☆ ⭒ ﹢ °
Minjeong ya estaba lista para salir esa noche. Se sentía entusiasmada ya que las ferias y los juegos donde podías ganar premios siempre le habían gustado desde que era una niña, incluso si muchas veces los juegos estaban trucados. También le emocionaba la idea de salir con alguien más que no fuera su mejor amiga. Y en el fondo, que ese alguien fuera una chica tan bonita.
Se suponía que Jimin la pasaría a buscar en su motocicleta en cualquier momento. Minjeong lo agradecía en sus adentros porque ya estaba cansada de siempre tener que usar sus piernas como recurso para llegar a todos lados.
El ruido de una bocina fuera de su casa le dio el aviso de que su cita ya estaba lista. Bajó las escaleras con rapidez, se despidió de su perro con un beso en la frente y abrió la puerta encontrándose con una Karina vestida con unos jeans negros y una trenza. La saludó con la mano con presunta timidez y recibió el mismo trato.
— No puedo creer que manejes esto —dijo mientras ojeaba el vehículo de arriba a abajo. Karina se rió con orgullo. Siempre había amado los elogios hacia su moto.
— Fue el último regalo que me dio mi padre antes de que dejaramos de hablar — sonrió de costado —. ¿Verdad que es linda?
Minjeong asintió efusivamente, sin emitir comentario, mas pensaba que teniendo a Karina encima la hacía ver aún más linda. Podrían haberle sacado una foto y publicarla en alguna revista conocida.
Karina le hizo un espacio y palpó el asiento para indicarle que se sentase. Minjeong hizo caso pero sentía que le faltaba algo que estaba buscando con la mirada desde que la rubia había llegado, por lo que no dudó a decir:
— ¿Los cascos?
— No suelo usar — se encogió de hombros, restándole importancia.
— Pero...
— Te prometo que vas a disfrutar mucho al sentir el aire en tu cara, ¿sí? Confía en mí — dijo mientras se daba la vuelta. Apoyó una mano en su hombro y la miró suplicante, intentando convencerla. Aún así, Minjeong seguía dudando y se notaba en su cara, pero no quería hacer lo que hacía siempre: quedar como una moralista/preocupada/caprichosa, y menos frente a alguien que estaba conociendo.
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with the years ticking by ☆ winrina/jiminjeong
FanficUna adulta Minjeong se encuentra su antiguo diario del 2008, haciéndole revivir los sentimientos de su juventud y reabrir sus antiguas dudas con respecto a su primer amor. Fuimos chicas juntas.