no hay palabra de consuelo,
no hay mano en tu hombro,
ni una sonrisa amena,
ni momento que corrija,
tampoco lágrimas que alivien,
tampoco grito que consuele
no veo nada resistente
que devuelva lo inexistente.
Menos llenar tus rodillas de barro
mucho menos prometer en vano,
olvidar no es eficiente
se tortura el que se miente.
no lo pienses, ni lo intentes,
volverá y va a ser más fuerte.
Las heridas cicatrizan.
esconder no hará que enmenden.