Necesito un abrazo.
No un abrazo, como un toque en la espalda, no como un saludo o un consuelo.Necesito que sientas todas mis costillas. Necesito que me aprietes como si me quisieras romper y entierres tu nariz en mi cuello como si lo quisieras perforar.
Quiero que el abrazo dure horas, que lloremos, que nos fallen las piernas y nos caigamos de rodillas. Quiero escuchar cómo respirás, cómo sollozás.
También quiero clavar las uñas, quiero sentir tu piel contra la mía como si nos fuéramos a fundir; quiero sentir como si pudiéramos leernos la mente y empezáramos a llorar al mismo tiempo.
Quiero sentir como si pudiera tocarte el corazón, como si con solo apretar un poco, nos volviéramos uno. El calor, tu calor.
Y lo real es que no necesito un abrazo, necesito el tuyo. Porque siento que con un solo toque, con una sola calada de tu olor, ya voy a conseguir paz.
Porque es tu belleza la que me hace pensar que no todas las personas son malas. No tenés idea de cuánto necesito tocarte, de cuánto necesito acariciarte las mejillas y susurrarte la primer palabra de amor, porque es tan injusto que no puedas sentir mi mirada cada vez que pienso en vos, no es justo que tenga que decir todo lo que siento y no me puedas descubrir mirándote, no te pueda sorprender con una caricia, no te pueda besar la frente.
Rezo todos los días por tu bienestar, que te mantengas joven, sano y en paz, para que un día puedas caminar a mis brazos.
Ese va a ser el mejor día de mi vida.