Cuando ya cosechaste tu fruta,
y ya hay tierra
para colocar nuestra semilla,
la tierra se va secando
mientras llorás
por la fruta que madura,
que se pudre.
Y nuestra semilla
germina sin tierra,
sobre la fruta podrida
que te ha torturado,
y sobre mi semilla crece
por lo que debiste
haber
llorado.