Parte VI

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POV. Camila
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Lo primero que vi a la mañana siguiente cuando abrí los ojos fue una mesilla de noche, que no era la mía. Noté como mis músculos se agarrotaban e intenté con todas mis fuerzas permanecer inmóvil.

La claridad que entraba a través de las ventanas me permitió comprobar que me encontraba en una de las habitaciones del hotel. En ese momento lo recordé todo de golpe.

Me llevé una mano a la boca y ahogué un gemido.

¿Qué había hecho?

Cerré los ojos con fuerza y rogué para que todo hubiese sido producto de mi imaginación, pero la mano de Benja descansando sobre mi cintura y cadera, consiguió convencerme de lo real de la situación.

Había ido allí con la intención de aclarar todo con Benja y lo único que había hecho era enredar aún más las cosas.

Y lo peor no era lo que hubiese pasado entre nosotros, lo peor era saber que si me sentía culpable era más por Benja que por el propio Iván.

Era ridículo, ya que era Iván mi pareja y no Benjamín, pero sentía que a quién había traicionado con aquella noche era a él por no haber sido completamente sincera con respecto a mi vida.

Benja se removió a mi lado. Soltó una especie de gemido con la garganta y me abrazó con más fuerza. Se estaba despertando.

Dejé escapar el aire lentamente a través de la boca; todavía no estaba preparada para afrontar la conversación que teníamos pendiente.

Con mucho cuidado, aparté su mano y me levanté de la cama. Seguramente mis movimientos conseguirían despertarle, pero si teníamos que hablar no podría hacerlo con sus brazos rodeando mi cuerpo. Me puse un albornoz que encontré en el respaldo de una silla y me acerqué hasta la ventana, pegando mi frente contra el frío cristal. Estaba nevando.

—Nieve... –la voz de Benja resonó tras mi espalda, haciendo que mi cuerpo se tensase al instante. —Esto hace que la Navidad no pueda ser más perfecta.

Cerré los ojos por un instante. Esas palabras bien podían haber salido de mi boca, no entendía como Benja podía conocerme tan bien. Como yo solía decir siempre: no hay Navidad si no hay nieve.

Pero por desgracia, por mucho que se pasase nevando el resto de las vacaciones, esa Navidad iba a quedar lejos de ser perfecta, al menos después de que le aclarase mi compromiso a Benja.

—¿Estás bien? – su voz se tornó algo más preocupada al plantearme aquello.

Me pregunté cómo había sabido que me pasaba algo. Estaba de espaldas a él y era imposible que pudiese verme la cara. Parecía que era capaz de conocerme incluso mejor que yo misma.

—Tenemos que hablar, Benja. –le contesté al mismo tiempo que me volteaba.

—¿Pasa algo?

Respiré hondo e intenté encontrar las palabras adecuadas. Me sentía como si nunca hubiese hecho algo que me resultase tan difícil.

—Ayer no llegué a decirte porqué había venido a hablar contigo. Fue un error tremendo dejar que pasase esto sin contarte nada y seguramente me odies después de que escuches lo que te tengo que decir. –me apreté el puente de la nariz con mis dedos y fruncí la frente. —Bueno, supongo que la noticia tampoco te hubiese caído bien aunque te lo hubiera contado anoche, lo correcto habría sido hablar contigo el primer día, pero sobre todo, no dejar que pasase nada entre...

• Navidad para dos || Benjamila •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora