4. ¿Qué pasaría si...?

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No se van a arrepentir de esta historia, más adelante les revelaré algo muy importante de este libro y el porque lo escribí, así que no se pierdan los demás capítulos^^

Capítulo 4. ¿Qué pasaría si...?

Al siguiente día sonó mi alarma, tenía demasiada flojera como para levantarme, pero tenía que asistir a clases, ya dentro de poco serían vacaciones y podría disfrutar de unas cuantas horas más de sueño.

Cuando estuve lista para irme bajé para desayunar con mis papás, ellos ya estaban en la mesa sentados así que los saludé.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿te desvelaste anoche?—preguntó mi madre muy seria. La verdad es que no tengo una buena cercanía con ellos, chocamos mucho de vez en cuando, aunque siempre trato de no contestar mal y portarme bien, luego no me darían permisos para cuando quiera salir con mis amigos, Je.

—Un poco , pero en serio traté de dormirme temprano, igual Lucy no dejaba de hacer ruido—le eché la culpa a mi eriza.

—Bueno, ahora come antes de que se enfríe—dijo mi padre pasándome el plato.

Cuando llegué a la escuela, tenía mucha ilusión de contarles a mis amigos sobre aquellos chicos que conocía de años, quería contarles todo sobre ellos, o al menos lo que recordaba.

Después de dos clases mis amigos y yo tuvimos la idea de salir a la cancha de fútbol para jugar entre nosotros. Cuando llegamos había unos cuantos alumnos, pero lo que llamó mi atención fue que también había otras personas, traían uniforme de fútbol, pero no era el de la escuela, traían una playera color verde menta y unos shorts blancos, el color de el equipo de mi escuela es azul rey, así que supuse que iban a tener un partido con otra escuela.

—Deberíamos quedarnos para ver el partido—dijo Christian a todo el grupo. Christian siempre ha sido de creerse el líder del grupo, tiene un carácter muy dominante, aunque también es muy sentimental, Christian es más bajo que Ruvalcaba pero por centímetros, tiene el cabello lacio, no muy largo y siempre viste con ropa floja.

—Si ¿por qué no?, sirve que vemos quien gana esta vez—respondió Ruvalcaba, él es el más extrovertido del grupo, y el más alto, tiene el cabello largo, rizado y color café claro, tiene unos ojos color azul verde, una combinación extraña, se viste como cualquier chico de preparatoria, pantalones de mezclilla y playeras con imágenes. Siempre hacía locuras y nosotros las seguíamos, era como dicen los papás, la mala influencia, aunque no lo era.

—Vamos a quedarnos, tengo curiosidad de saber de qué escuela viene el otro equipo—dije mientras los observaba en la cancha.

—¿No tenías algo que contarnos?—dijo Ruvalcaba. —Dijiste que era muy importante, sobre tu niñez.

Cuando pronunció esas últimas palabras empecé a recordar de nuevo esa vez de la foto, cuando mi madre se me acercó y me la mostró.

—Ah cierto, les diré después del partido—dije mientras nos sentábamos en las gradas.

Éramos 5, Ruvalcaba, Christian,  Alexis, Bastian, y yo. Si, puros hombres, desde pequeña me ha gustado juntarme con hombres, las mujeres siempre suelen ser muy peleoneras y nunca termino en buenos ámbitos, siempre buscan pleito conmigo, yo nunca les he hecho nada para que me traten como tal, por eso no me suelo juntar con ellas.
Después de una hora de partido, cuando el árbitro pita el medio tiempo, Alexis me pidió acompañarlo a comprar unas sodas. Siempre he sido más unida a Alexis de todos en el grupo, lo conozco desde la primaria, me ha cuidado por muchos años, es como mi mejor amigo, es más alto que yo, por obvias razones, yo solo mido 1.56 cm, y el mide 1.73, es del mismo tamaño que Christian, Alexis tiene unos ojos café oscuro que intimidan bastante, tiene el cabello quebrado color negro, tiene el típico corte de los adolescentes, pero a él le queda muy bien, su manera de vestir me gusta mucho, siempre combina sus tenis con la mayoría de sus playeras o sudaderas, y hoy venía vestido de café claro, y sus tenis Nike que le hacían juego a su gorra y sudadera.

Teníamos que bajar de las gradas, cerca de estas, había una tiendita donde una señora se pone a vender sodas y aguas para los jugadores y también para el público. Al momento de estar formados vi que algunos de los jugadores venían hacia la tienda, eran los del equipo contrario a mi escuela, así que no le quise tomar mucha importancia.

—¿De cuál quieres tú?— me preguntó Alexis para pedir las sodas.

—Una de manzana— contesté.

Cuando pagamos, al momento que dimos la vuelta, estaba un grupo de chicos del equipo contrario formados para comprar, eran los mismos que vi acercándose minutos atrás, al momento que me les quedé viendo, pude reconocer a uno de ellos.

—No lo puedo creer— dije casi en susurro quedándome quieta cuando vi al chico.

—¿A quién estamos viendo?—contestó Alexis en modo sarcástico, como si me hubiera fijado en alguien de modo romántico, pero no, no era eso.

—Ese chico... yo... yo lo conozco—dije mientras sostenía las sodas pegadas a mi pecho—es...—hice una pausa para poder agarrar aire —...Alan— solté sin más.

—¿Quién?—dijo Alexis viéndome, luego volteo la mirada hacia Alan.

—Les cuento cuando acabe el partido, es una larga historia, vámonos—dije mientras que con mi mano libre agarré a Alexis de la camiseta y lo jale para salir corriendo de ahí.

—No puedo creer lo que acaba de pasar— me dije a mi misma en mi mente—Alan está aquí, en mi escuela, en la cancha, ¿me habrá visto?, ¿me habrá reconocido? Dios espero que no sea así. Aunque muchas cosas pasaron por mi mente, se me ocurrió una grandiosa idea por hacer.

—Vuelvo en un momento, iré al baño— dije mientras me levantaba de mi lugar.

—Seguro vas a buscar a ese chico ¿no?— dijo Alexis mientras me veía con una sonrisa de "te conozco".

—No lo sé, solo sé que no puedo dejar pasar la oportunidad—le dije mientras bajaba de las gradas.

Alexis se me quedó mirando y mis demás amigos estaban hablando de cosas de fútbol, así que por suerte, no habían escuchado lo que dijo Alexis.

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⏰ Última actualización: Jan 04 ⏰

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